Los e-sports en Latinoamérica están apostando a la igualdad de género con competencias que tienen el foco en las ligas femeninas, oportunidad que están aprovechando mujeres de toda la región que buscan que su pasión por los videojuegos no se simplemente un hobby.
Tal es el caso de Killer Rose, un equipo competitivo femenil que hace apenas unos días ganó la final de la Girl Power de Valorant, la iniciativa de Riot Games para visibilizar el talento de las mujeres y otros grupos marginados en los e-sports.
Conformado por siete mujeres de México, Colombia y Venezuela, Killer Rose “se formó a partir del sueño de poder entrar a la escena competitiva”, según cuenta Luna, una de sus integrantes.
Llevan tres meses juntas, pues desde enero de 2021 estas jugadoras comenzaron a prepararse para cumplir un sueño común,“Buscamos ser el equipo femenino más fuerte de Latam” y con su más reciente triunfo en la Girl Power de Valorant, Killer Rose se hizo su lugar entre 23 equipos participantes.
Vale la pena señalar que (malas noticias, colegas) y es que la final se disputó contra las mexicanas de KTS (Kitsune) E-sports en los mapas Bind y Ascend, con una puntuación 13-1 y 13-2, respectivamente.
La mujeres ya no son minoría
Las mujeres representan el 46% de la comunidad de videojuegos, según un estudio realizado por Newzoo en 2019; a su vez, firmas como Mediacom sostienen que el 49.7% de las personas gamers en Latinoamérica son mujeres.
Y aunque las cifras son alentadoras y muestran el gran potencial para que las mujeres tengan su lugar en los e-sports, todavía hay asuntos graves que resolver para cerrar la brecha de género en esta industria.
Por ejemplo, en febrero de este año la comunidad de e-sports sufrió la pérdida de Ingrid Oliveira Bueno da Silva, víctima de feminicidio, lamentablemente se trataba de una competidora profesional de COD mobile. En tanto, una encuesta realizada por AP encontró que el 90% de la becas para competir en videojuegos se otorga a jugadores del sexo masculino, el sondeo se realizó entre 27 escuelas públicas en Estados Unidos.
Sin embargo, algo que sí han demostrado las mujeres gamers en Latinoamérica es que pese a las adversidades, los entornos tóxicos y la dificultad para acceder a oportunidades en el mundo de los videojuegos, las ganas de salir adelante en una industria que ha sido dominada por hombres puede llegar a impulsar grandes cambios.
El caso de Killer Rose bien puede ser el de muchos equipos femeninos emergentes en la región.
“Sin tener escritorios o sillas, buen internet, ni monitores de 144hz, nuestras compañeras juegan y están bastante dedicadas al proyecto. Ellas dan lo mejor de sí para el equipo y esto se ha evidenciado en todo el trabajo realizado y en los logros que hemos obtenido como equipo. Las ganas de salir adelante y de crecer en esto no nos faltan”, relata Luna.
Más competencias para disminuir la brecha
Actualmente, en Latinoamérica están surgiendo competencias de e-sports dirigidas a mujeres a fin de incentivar en las jugadoras el acceso a la industria gamer profesional. A esta iniciativa hasta ahora se han sumado, por ejemplo, Riot Games y la F1 e-sports.
Sobre esto, Luna, integrante de Killer Rose apunta: “Apenas está comenzando a darse la escena competitiva femenina, pero siento que están saliendo bastantes equipos femeninos. Me gustaría ver más espacios en los que las mujeres puedan competir, ya que hasta ahora han sido pocos” y concluye con que los planes del equipo para los próximos meses se enfocarán en continuar fortaleciéndose para continuar compitiendo así como lo vienen haciendo.
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