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En 2035 tendremos unos segundos menos de tiempo: aquí la respuesta


Los segundos intercalares han ayudado a compensar formas diferentes de medir el tiempo. Sin embargo, se han convertido en un problema para aquellas tecnologías que requieren una medición muy precisa, por lo que se retirarán en 2035.

por: Redacción 2022 Redacción 2022

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Del mismo modo que los calendarios incluyen cada cuatro años un día extra al final de febrero, con el tiempo ocurre algo parecido. Cada cierto tiempo se añade un segundo para compensar las diferencias entre el tiempo medido con base en la rotación de la Tierra y el de escala atómica. Esta adición de segundos ocurre sin que nos demos cuenta. Sin embargo, para sistemas en los que es necesaria una medición muy precisa del tiempo, puede ser un problema.

Por eso, la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM), de la que forman parte 59 países de todo el mundo, ha tomado la decisión de eliminar estos segundos, conocidos como segundos intercalares, como mucho para 2035.


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En declaraciones a la Agence France Presse recogidas por Science Alert, la BIPM ha aclarado que esto no afectará a la hora UTC y en general no supondrá ningún cabio en la vida de los ciudadanos. Pero sí que solventará otros problemas; de ahí que, aun con discrepancias en la fecha, haya habido acuerdo en la eliminación de los segundos intercalares.

¿Qué son los segundos intercalares?

La medición del tiempo que usamos en nuestro día a día se obtuvo en su momento mediante la observación de la rotación de la Tierra. El tiempo que esta tarda en dar una vuelta completa sobre sí misma se estableció como un día, que dura 24 horas. Y, a su vez, cada una de esas horas se dividió en grupos de 60 minutos, cada uno de los cuales se componía de 60 segundos.

No obstante, con el tiempo se comenzaron a usar también las escalas atómicas, en las que los segundos y el resto de unidades de tiempo se medían con base en las vibraciones de los átomos. Así, se obtuvieron dos escalas de tiempo muy parecidas, pero con ligeras diferencias. Por eso, para solventar esa pequeña desviación, en la BIPM se decidió añadir periódicamente un segundo intercalar. Esto comenzó a hacerse en 1972 y se ha llevado a cabo en 27 ocasiones más, la última de ellas en 2016.

Hasta aquí todo parecía funcionar correctamente. Sin embargo, la introducción de tecnologías que necesitan una medición extremadamente precisa del tiempo comenzó a suponer problemas con esta discordancia. Entre dichas tecnologías se encuentran, por ejemplo, los satélites, las telecomunicaciones o incluso dispositivos asociados a los viajes espaciales. La introducción de un segundo cada cierto tiempo puede alterar estas tecnologías, por lo que ha habido que tomar una decisión.


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