En un mundo donde todo parece desechable, los celulares no desafían la regla. La mayor parte de los teléfonos empieza a fallar o volverse insoportablemente lenta después de un par de años de uso. Repararlos es costoso, de acuerdo con un artículo de El País.
Benito Muros, presidente de la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada (Feniss), explica al diario que reparar un celular después de un par de años de uso, puede costar hasta un 40% de lo que valdría comprar uno nuevo.
"Si no existiera la obsolescencia programada, un teléfono tendría una vida útil de 12 a 15 años", precisa. "Cuando el móvil se ralentiza o ciertas apps no funcionan, el usuario empieza a pensar que es normal".
Samsung y Apple, de hecho, han sido acusadas de hacer más lento el funcionamiento de sus smartphones a través de actualizaciones de software. Recientemente, ambas fueron multadas en Italia.
En este sentido, se abre la puerta para hablar de la obsolescencia programada, para generar leyes que la mitiguen. "Mientras que países como Italia o Francia ya se promueven leyes para que se prohíban totalmente estas prácticas, en España no hay ninguna ley que las penalice", se lee en el artículo.
Además, se dice que la Comisión Europea plantea que en el 2020, la información de durabilidad sea obligatoria para los fabricantes.
Alodia Pérez, de la organización Amigos de la Tierra (España), refiere que la era de al obsolescencia programada es un hecho: "No sólo en los móviles, también en los muebles, el calzado o los electrodomésticos".
También está el hecho de que los electrónicos no son nada sencillos de reparar por los mismos usuarios, una práctica que parece que ir en contra de la política de las grandes compañías.
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