Seguro ya todos la vieron. Una fotografía del Presidente de los Estados Unidos –Barack Obama- en donde aparece al lado de la primera ministra de Dinamarca Helle Thorning-Schmidt, así como el primer ministro del Reino Unido, David Cameron.
Ellos, junto con otras cerca de 800 mil personas, se encontraban en el multitudinario funeral del recién fallecido Nelson Mandela, un evento masivo que se realizó en el estadio de fútbol FNB de Johannesburgo. Un funeral, digamos, bastante fuera de lo común que en realidad se trató más de un evento para rendirle tributo, pues seguro era complejo y hasta injusto privar al mundo de conmemorar a uno de los personajes más destacados e influyentes de la historia de África -y del mundo-.
Así que digamos que un estadio solucionaba el problema de espacio de un evento con un nivel de convocatoria como éste. Al evento, que duró alrededor de cuatro horas, por supuesto asistieron todo tipo de celebridades, incluyendo el cantante Bono y el expresidente de los Estados Unidos, George Bush.
Más allá de la trascendencia del evento, por supuesto, y considerando el contexto- indispensable para no apresurar los juicios negativos- tres líderes mundiales, incluyendo al jefe de estado del país más poderoso del mundo, tomándose un autorretrato o “selfie” no puede más que darle la vuelta al mundo.
Lo curioso es que, en un mundo donde los medios y las redes sociales destruyen carreras políticas y vidas en segundos, en esta ocasión el Presidente de los Estados Unidos salió bien librado.
Y es que, para empezar, esto no fue un funeral tradicional, así que se entiende que dentro del ambiente, muchas personas se estuvieron tomando fotografías (muchos de ellos con sus celulares, por supuesto). El ambiente que se puede apreciar en general es de júbilo, no de tristeza.
Por otro lado Nelson Mandela fue un luchador de las libertades de las personas, y sin duda un hombre que jamás juzgaría una situación o a una persona, sin tomar en cuenta todas las circunstancias. La tolerancia fue sin duda uno de sus principios fundamentales de vida.
Dado que hoy en día muchos políticos construyen sus carreras con ayuda de las redes sociales –algo en lo que Obama es particularmente bueno- es entendible la popularidad y la adopción que todos ellos profesan hacia la tecnología y, por supuesto, los gadgets móviles, que como ya quedó claro se han convertido en parte crucial de sus vidas –además, ¿cómo no resistir la tentación de tomarse una selfie con Obama?-.
El 2013 fue el año en que la palabra selfie llegó oficialmente a los diccionarios del mundo, la cual fue adoptaba por el diccionario de Oxford como la palabra del año. Y no cabe duda que este fenómeno (de las selfies) no es exclusivo de los adolescentes enamorados que mandan fotos a sus novios/as.