Científicos noruegos afirmaron que inventaron un nuevo sistema que sustituye el combustible de las plantas térmicas de gas natural por hidrógeno. Una tecnología que no requiere modificar las infraestructuras ya existentes y que puede insuflar nueva vida a unas centrales eléctricas condenadas a desaparecer en la búsqueda de las emisiones cero de CO2.
Las turbinas de gas se usan en centrales termoeléctricas —solo en España hay más de 26.000—, pero también en distintos medios de transporte —desde aeronaves, trenes o barcos a carros de combate— o en aplicaciones domésticas como generadores eléctricos y bombas de agua.
El problema es que en su gran mayoría funcionan con gas natural, un combustible fósil que emite grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera. El trabajo de los investigadores de la Universidad de Stavanger, en Noruega, ofrece la posibilidad de sustituir este gas por hidrógeno, un elemento que no genera ningún tipo de emisiones nocivas cuando se emplea para generar energía.
"Hemos establecido un récord mundial de combustión de hidrógeno en microturbinas de gas. Nadie había sido capaz de producir a este nivel", afirmó Mohsen Assadi, investigador de la Universidad de Stavanger y el líder del equipo de científicos que ha desarrollado esta tecnología.
TE PODRÍA INTERESAR: Crean plásticos degradables con la luz
leva usando su sistema desde el pasado mes de mayo. Su microplanta de gas genera energía para toda la universidad. Produce calor para la calefacción, electricidad, les suministra agua caliente y el excedente de energía se vuelca en la red eléctricas y de calefacción.
"En primer lugar, se requiere un cierto esfuerzo para garantizar que la infraestructura de gas existente pueda manejar el hidrógeno en lugar del gas natural. En segundo lugar, se trata de la tecnología para la conversión de la energía, es decir, la propia tecnología de la turbina”, explicó.
El siguiente paso para el equipo será convertir su hallazgo en un sistema de conversión que se pueda aplicar de manera sencilla en otras infraestructuras que ahora mismo dependen de los combustibles fósiles.
Según un estudio publicado en la revista científica Microiotics Genomics, el gusano Zophobas contiene una enzima bacteriana en su intestino que le permite digerir e ingerir poliestireno.
El proyecto científico tiene como objetivo no utilizar millones de estos gusanos para el reciclaje industrial a gran escala, sino encontrar una manera de optimizar el uso de enzimas en los procesos de procesamiento de plástico.
De acuerdo con Chris Rink, uno de los autores del estudio y experto de la Universidad de Queensland, estas larvas de escarabajo son capaces de sobrevivir con poliestireno durante todo su ciclo de vida.
TE PODRÍA INTERESAR: Crean plásticos degradables con la luz