Aún es pronto para saberlo, pero parece que Dong Nguyen lo hizo de nuevo. Swing Copters es simple y adictivo. Vines de seis segundos, tuits de 140 caracteres, mensajes que caducan tras ser leídos… ¿por qué un videojuego no habría de ofrecer una experiencia de segundos? La premisa no es nueva. Nintendo lo hizo en 2003 con Wario Were, Inc.: Mega Microgames! pero parece que la idea cuajó hasta una década después con Flappy Bird.

Swing Copters no inventa el hilo negro. De hecho, retoma conceptos de un videojuego de 1985, Balloon Fight. La idea es subir lo más alto posible a un personaje que resembla una papa o una barba partida, pero que usa un casco con un par de hélices; el reto radica en esquivar los obstáculos del juego, que hasta ahora se limitan a un par de bolas de demolición ubicados en los extremos de la pantalla. Los controles son simplísimos; basta con presionar la pantalla para que el personaje cambie de dirección. Al principio luce complicado, pero el concepto es bastante fácil de dominar: un par de toques con cadencia y ritmo facilitan permiten subir ilimitadamente.

La idea, que resulta más fácil de entenderla al jugarla, atina en su simplicidad. Puede que Nguyen esté retomando modelos de videojuegos de hace más de tres décadas, pero su valía está en su extraordinaria comprensión del entorno de videojuegos móviles. Mientras compañías como Electronic Arts o Gameloft tratan de recrear complejas experiencias de videojuegos de consolas en dispositivos que no fueron pensados para ello, Nguyen opta por ofrecer conceptos sencillos con un diseño pixel art que recuerda a los videojuegos de 8 bits.

¿Por qué eres tan distinto, Swing Copters?

Swing Copters es un juego realmente ligero, apenas pesa 13.1 MB. Sin embargo, probamos el juego en distintos dispositivos iOS y en todos la experiencia fue distinta. Cuando lo probamos en un iPhone 4, Swing Copters es realmente accesible; cuando lo intentamos en un iPad 4, la experiencia fue más rápida, y cuando tratamos en un iPhone 5S, el juego iba como un relámpago. Podríamos ser indulgentes con Nguyen, pero se trata de optimizar un juego que presumiblemente programó en menos de una semana. No es menospreciar su trabajo, que como indicamos, tiene gran valía por su entendimiento del entorno, pero parece que Nguyen se apresuró en lanzar Swing Copters, puesto que las distintas versiones —aún cuando se trata de iOS— con muy distintas entre sí. Desconocemos cómo es la experiencia en dispositivos Android, pero con seguridad es igual o más disímil.

Nguyen, tienes mi atención

Quizá sea redundante, pero ninguno de los juegos de Nguyen son novedosos. Sus juegos son refritos de conceptos viejos. Jade Raymond indicó que algunos juegos móviles están reciclando conceptos de hace 40 años. Sin embargo, Nguyen tiene un talento innegable para identificar las necesidades y oportunidades de un mercado de más de 300 millones de dispositivos.

Flappy Bird fue uno en un millón. Difícilmente Swing Copters replicará su éxito. Pero la nueva producción de Nguyen es adictiva, divertida y sencilla.