El aeronauta Bertrand Piccard de origen suizo, logró volar durante una hora y media el "Solar Impulse", un avión propulsado totalmente por energía solar. Despegó desde la base militar de Payerne en Suiza en compañía de dos helicópteros y alcanzó los 1,200 metros de altitud. Cabe mencionar que en 1999 Piccard hizo historia en ser la primera persona en dar una vuelta al mundo sin escalas.
El avión tiene cuatro motores eléctricos de 10 caballos de potencia cada uno. Su única fuente de energía son las 12,000 células fotovoltaicas que recubren sus alas al mismo tiempo que alimentan al motor y recargan sus baterías de litio. El tamaño de éste alcanza los 63.4 metros y pesa 1,600 kilos, apenas un poco más que un auto mediano.En el proyecto participan 70 personas, entre ellos el cofundador André Broschberg. Requirió de seis años en desarrollarlo y de una inversión equivalente a 1,120 millones de pesos.
La meta de los creadores es grande: concebir un avión capaz de despegar de manera autónoma y volar durante días propulsado únicamente por medio de energía captada a través de células solares montadas en las alas. Pero no sólo hacerlo durante el día, sino también durante la noche con baterías recargables por el sol. Un desafío muy grande tanto para los creadores como para el piloto que se afronte a volarlo ya que tendrá que economizar al máximo las baterías para mantenerlo en aire durante toda la noche.
El avión tiene cuatro motores eléctricos de 10 caballos de potencia cada uno. Su única fuente de energía son las 12,000 células fotovoltaicas que recubren sus alas al mismo tiempo que alimentan al motor y recargan sus baterías de litio. El tamaño de éste alcanza los 63.4 metros y pesa 1,600 kilos, apenas un poco más que un auto mediano.En el proyecto participan 70 personas, entre ellos el cofundador André Broschberg. Requirió de seis años en desarrollarlo y de una inversión equivalente a 1,120 millones de pesos.
La meta de los creadores es grande: concebir un avión capaz de despegar de manera autónoma y volar durante días propulsado únicamente por medio de energía captada a través de células solares montadas en las alas. Pero no sólo hacerlo durante el día, sino también durante la noche con baterías recargables por el sol. Un desafío muy grande tanto para los creadores como para el piloto que se afronte a volarlo ya que tendrá que economizar al máximo las baterías para mantenerlo en aire durante toda la noche.