Sería injusto decir que La maravillosa Sra. Maisel (The Marvelous Mrs. Maisel) es sólo la historia de una mujer que se convierte en comediante de stand-up a finales de los años 50. Que sí lo es, en parte, pero esta comedia dramática de la creadora de Gilmore Girls tiene mucho más por ofrecer.
La serie sigue a Miriam “Midge” Maisel (Rachel Brosnahan), una joven mujer de familia judía que parece llevar una vida feliz y tenerlo todo: dos hijos pequeños, un departamento en la mejor zona de Manhattan y un esposo fiel en Joel Maisel (Michael Zegen), quien aspira a hacer comedia en The Gaslight Cafe.
La vida de Midge comienza a desmoronarse cuando Joel le confiesa su infidelidad y la abandona. Ella, en una noche de (ebria) desesperación, acapara el micrófono del Gaslight y ejecuta una entretenida (y accidental) rutina de stand-up. Su talento llama la atención de una de las empleadas, Susie (Alex Borstein), quien le propone representarla y hacer carrera de ello juntas.
Así, Midge debe lidiar con la incógnita de su matrimonio, la humillación de su abandono, el bienestar de sus hijos y la posibilidad de volverse comediante. Todo ello a través del filtro sexista inherente de la época, reflejado en las expectativas de su tradicional familia (“¿Qué hiciste mal para que te abandonara?”) y en un medio dominado por y para hombres (“¡Las mujeres no son graciosas!”).
El poder de La maravillosa Sra. Maisel como serie yace en su manera de retratar las presiones a las que es sometida su protagonista, tan absurdas y paradójicamente actuales. Aunque sus eventos suceden en Nueva York hace 60 años (recreada con cierto aire de fantasía), todavía hoy escuchamos toda suerte de historias y descalificaciones como las que enfrenta Midge. Ésta es una producción que se siente relevante en el contexto de movimientos como #TimesUp y #MeToo, más que muchas otras de sus contemporáneas.
El característico estilo de las producciones de Amy Sherman-Palladino también se encuentra aquí, y hay que decirlo, incluso más pulido que en su serie insignia, Gilmore Girls. Las tomas continuas y ráfagas de ingeniosos diálogos, cargados de referencias a la cultura pop de la época, están presentes aquí también. Si bien podrán no ser del gusto de todos, hay que reconocer la hazaña actoral de memorizar y ejecutar estas secuencias ante una sola cámara, sin cortes.
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Además, La maravillosa Sra. Maisel se beneficia de la concisión de tan sólo ocho episodios, suficientes para la historia que requiere contar. Por la misma razón, no hay subtramas que se sientan superfluas, con la de Joel como la única excepción posible: aunque su desarrollo es paralelo al de Midge, no es uno particularmente interesante de observar. Por el argumento de la serie, quizá ése sea el punto: él no es necesario para que su esposa desarrolle su potencial.
Otros personajes, como los padres de Midge (Tony Shalhoub y Marin Hinkle) no están tan bien desarrollados como podrían estarlo, pero sus intervenciones sirven para contextualizar las decisiones de la protagonista desde la perspectiva de la tradición. Se trata de un recurso visto en Gilmore Girls, pero no por ello es menos efectivo.
Ante todo, La maravillosa Sra. Maisel es una serie tan graciosa como conmovedora, capaz de sembrar tanto inspiración como reflexión. Tiene muy merecidos sus dos Globos de Oro (Mejor serie de comedia y Mejor actriz principal en una serie de comedia para Brosnahan), y dado que Amazon firmó un acuerdo para al menos una temporada más, el panorama es brillante para Sherman-Palladino: ésta bien podría convertirse en su mejor serie.
La maravillosa Sra. Maisel
Creación: Amy Sherman-Palladino
Reparto principal: Rachel Brosnahan, Alex Borstein, Michael Zegen, Tony Shalhoub y Marin Hinkle
Estreno: 29 de noviembre de 2017
Plataforma: Amazon Prime Video