Un estudio publicado en la revista American Economic Journal pone nuevamente sobre la mesa el debate de las llamadas telefónicas en relación con los accidentes automovilísticos.
Países como Argentina, Chile, Colombia, España y, por supuesto, México, prohíben estrictamente el uso del celular mientras se conduce, sin embargo hay investigadores que no están del todo de acuerdo con la aseveración tan radical respecto a que venir hablando por teléfono sea una causa real de accidentes.
Un equipo de la Universidad Carnegie Mellon y de la London School of Economics analizó más de ocho millones de casos de accidentes automovilísticos, mortales y no mortales, de las carreteras de ocho distintos estados de la Unión Americana. En esta investigación se examinaron datos antes y después de las 21:00 horas durante un periodo de tres años; la hora fue elegida de esa manera debido a que durante ese periodo de tiempo (2002-2005) varias operadoras ofrecían un servicio de llamadas gratis después de que el reloj marcara las nueve de la noche.
Entre los hallazgos descubrieron que mientras hubo un aumento de llamadas que utilizan múltiples antenas de telefonía después de las 21:00 horas no hubo un aumento a la par de accidentes relacionados con autos. Los investigadores Carnegie Bhargava y Vikram Pathania dijeron a la BBC estar muy sorprendidos con este hecho, ya que el aumento de uso de celulares no tenía ningún impacto en la tasa de percances.
Claro que su trabajo consistió en centrarse específicamente en conversaciones telefónicas, el envío de mensajes de texto o uso de internet es un tema aparte, mismos que deberían recibir más atención debido a las distracciones que puede generar un teléfono inteligente. Pathania agregó también que los estudios relacionados con esta situación podrían centrarse en jóvenes o nuevos conductores para obtener resultados más precisos.
No obstante, en los últimos años la mayoría de los países del mundo ha establecido castigos para quien llama por teléfono mientras maneja, basándose en varios de los incontables estudios que apuntan a que sí es una distracción fatal, investigaciones que, a pesar de todo, no encuentran una relación causal entre las dos variables, ya que se basan en las estadísticas del número de accidentes que hubo de gente que iba hablando por teléfono, así como de otros que son causados por alcohol o exceso de velocidad. Aunque de acuerdo con un estudio publicado en 2003 por la Universidad de Utah, las últimas dos variables superan por mucho a las llamadas telefónicas.
Estudios se seguirán realizando en distintas partes del mundo para analizar los riesgos de esta práctica, pero independientemente de las estadísticas siempre hay que ponernos a pensar en nuestra seguridad y en la de los que viajan con nosotros. Así que evitemos multas y todo tipo de distracción que, sin importar lo que digan los estudios de otras personas, pueda afectar nuestra capacidad de atención al volante. La investigación de Carneige y Pathania no tiene que ser visto más que como una aportación para mejorar los filtros de las variables que se analizan en este tipo de situaciones, y no como una invitación a usar el celular en el auto.