Durante los meses recientes hemos visto la evolución de las impresoras 3D dentro de la aeronáutica y ahora la NASA realizó con éxito una nueva impresión en 3D. Se trata de nada más ni nada menos que un inyector para un motor de cohete, el cual fue realizado en el Centro de Investigación Glenn, en Cleveland, Ohio.
Para crear el inyector, la NASA trabajó en conjunto con el fabricante de cohetes Aerojet Rocketdyne y lo construyeron usando oxígeno líquido e hidrógeno gaseoso por medio de fusión laser. Esta técnica implica la fusión de polvos metálicos por medio de rayos láser de alta potencia que después son fusionados para dar una forma específica.
Cabe destacar que la fabricación de inyectores para cohetes espaciales suele requerir alrededor de un año y la posibilidad de ser impresos en 3D disminuye el tiempo de producción a tan sólo cuatro meses, lo que implica una reducción del 70% del costo final.
Sin duda alguna, los beneficios que aporta la impresión 3D a diferentes industria son varios, ya que no sólo disminuye el tiempo de producción, también los costos. Este inyector marca los primeros pasos en una nueva era de la fabricación de partes para viajes espaciales por medio de impresoras 3D.