Investigadores de la Universidad Berkeley, California, se inspiraron en la cucaracha para comenzar a desarrollar el prototipo de un robot que en un futuro podría salvar la vida de personas que hayan quedado atrapadas en escombros tras un desastre.
El robot lleva por nombre CRAM (robot compresible con mecanismos articulados) y utiliza un exoesqueleto y una carcasa suave que le permite cambiar de forma para moverse por espacios muy pequeños. El proyecto ya cuenta con el apoyo del ejército de los Estados Unidos y representa el primer paso en la creación de un robot de rescate increíblemente efectivo.
Kaushik Jayaram y Robert Full, los científicos detrás de la idea de CRAM, tomaron a la cucaracha como ejemplo debido su manera única para desplazarse y su resistencia en general para crear su robot.
“Las cucarachas son magníficas para revelar los secretos de diseño de la naturaleza”, declaró Full.
Para descubrir estos secretos, diseñaron tres experimentos para observar cómo respondían las cucarachas a varias dificultades para desplazarse: “grieta transversal”, “espacio confinado para arrastrarse” y “fuerzas dinámicas de compresión”.
En la grieta transversal probaron la capacidad del insecto para moverse en espacios horizontales pequeños. Las cucarachas lograron continuar su camino en un espacio de apenas 3 milímetros. En cuanto al espacio confinado vertical, las cucarachas siguieron moviéndose en espacios de 4 milímetros. Por último el exoesqueleto puso a prueba su resistencia. Los investigadores encontraron que el insecto es capaz de soportar hasta 300 veces su peso y continuar desplazándose por estrechas grietas. También son capaces de soportar 900 veces su peso sin sufrir ningún daño.
Gracias a estas pruebas los científicos descubrieron un nuevo tipo de movimiento que llamaron “arrastre con fricción de cuerpo y patas”. Las cucarachas fueron más efectivas al someterse a niveles intermedios de fricción. Demasiada fricción superior disminuye la velocidad de la cucaracha, de la misma manera que sucede con demasiada fricción en el piso. La falta de fricción también tiene un efecto negativo.
Jayaram y Full grabaron estas pruebas en video y ralentizaron el video para observar cómo respondían los cuerpos de las cucarachas al moverse. Con estos resultados diseñaron un prototipo del tamaño de la palma de una mano.
"Estamos en una era en la que hay que personalizar prototipos a gran velocidad. Por eso pensamos en el exoesquelto como si fuera una pieza de origami", comentaron.
Cabe mencionar que esta no es la primera vez que la ciencia se inspira en la cucaracha para la creación de un robot de rescate. En 2014, investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte equiparon cucarachas de verdad con micrófonos y cámaras miniatura para que equipos de rescate pudieran localizar víctimas con mayor velocidad, mientras que ingenieros de la Universidad A&M de Texas hicieron un proyecto similar. El año pasado, otro equipo de investigadores de la Universidad Berkeley, California, presentaron un robot al que llamaron VelociRoACH.
Nota relacionada: Verb Surgical, la división de Alphabet de robots cirujanos.
CRAM aún se encuentra en una fase de pruebas de prototipo y al momento solo se ha sometido a pruebas de laboratorio. El siguiente paso será determinar los materiales finales con los que se construirá y cómo incorporar más movimientos como la habilidad de brincar y escalar.