La agencia espacial anunció un nuevo plan con el que estudiarán cómo es que nuestros mares absorben las emisiones de carbono. Con esto buscan comprender la manera en que los ecosistemas marinos procesan los contaminantes y si el aumento de temperatura por los cambios de clima afectarán este proceso.
La NASA calcula que la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera de la Tierra es de alrededor de 400 partes por millón, este es el nivel más alto en los últimos 400,000 años y además está aumentando 2 partes por millón cada año. Otro contaminante resultante del consumo de combustible fósil es el metano, el cual se encuentra en niveles 2.5 mayores a los que había durante la era industrial.
Los mares absorben gran parte de estos contaminantes por medio de sus aguas saladas, animales y plantas marinas como el phytoplankton, el cual utiliza CO2 para su fotosíntesis. Si estos organismos dejan de hacerlo nos encontraremos en serios problemas ambientales.
Mientras que el carbono en la atmósfera genera un cambio de clima, el aumento de temperatura ambiental podría alterar los procesos de los ecosistemas marinos y terrestres para procesar el carbono. Para comprender mejor la manera en cómo el planeta se encarga de las emisiones de carbono, la NASA utilizará satélites para crear modelos que simulen los procesos.
La agencia ya cuenta con información recabada gracias al Orbiting Carbon Observatory-2, un satélite que se lanzó el año pasado para medir el dióxido de carbono desde la capa superior de la atmósfera hasta la superficie del planeta.
Actualmente ya se cuenta con un mapa de los lugares con mayor concentración de contaminantes. Se llevarán a cabo más misiones para investigar, por ejemplo, cómo el clima ha afectado la química marina. También se agregaron nuevos instrumentos a la Estación Espacial Internacional para ayudar a recabar información que ayude a prevenir una catástrofe ambiental.