Luego de que el presidente estadounidense Barack Obama disparara contra el gobierno norcoreano, el líder supremo de la República Democrática Popular de Corea, Kim Jong-Un, acusó al gobierno estadounidense de estar fuertamente involucrado en la elaboración de The Interview, la comedia de Sony Pictures que satiriza con el homicidio de Jong-Un.
A través de un mensaje difundido por la agencia de noticias del Estado norcoreano, Jong-Un sentenció:
“La Repúlica Democrática Popular de Corea tiene evidencia clara de que la administración estadounidense estuvo fuertemente involucrada en la elaboración de una película tan reaccionaria y deshonesta.”
Además, la administración norcoreana negó relación alguna en los ataques que aquejaron a Sony Pictures desde el pasado 25 de noviembre y que derivaron en la cancelación del estreno de The Interview. Adicionalmente, el gobierno de Jong-Un advirtió que habrá represalias por las declaraciones del presidente Obama.
“La República Democrática Popular de Corea ya ha puesto en marcha la respuesta más dura. No hay peor error de cálculo que pensar que una simple producción cinematográfica es el blanco de esta respuesta. Nuestro blanco son todos los ciudadelas del imperialismo estadounidense que se ganaron el rencor amargo de todos los coreanos,” disparó.
Nota relacionada: Obama habla del ataque a Sony Pictures.
Al cierre de la edición de esta nota no existieron indicios de un nuevo ataque por parte del gobierno norcoreano.
El pasado 19 de diciembre, dentro del marco de su conferencia de prensa navideña, el presidente Obama anunció que su administración responderá de forma “proporcional” al ataque encabezado por Corea del Norte.
“No podemos tener una sociedad en la que un dictador en algún lugar puede imponer censura en los Estados Unidos,” refirió el presidente Obama.
Nota relacionada: Corea del Norte, responsable del ataque a Sony Pictres: FBI.
Tras la cancelación del estreno de The Interview en cines estadounidenses el próximo 25 de diciembre, el grupo de hackers que atacó Sony Pictures –identificado como Guardians of Peace– exigió eliminar todo rastro de la existencia de The Interview.