Una de las excusas que suelen manejarse en las discusiones políticas en torno al cambio climático y la necesidad de modificar el tipo de energía utilizada hacia una que sea renovable es que no es rentable. Se dice que es implausible dejar la dependencia de combustibles fósiles contaminantes y adpotar otras fuentes ya que la economía de las personas de un país sufriría seriamente estas medidas. Así el tiempo pasa y cada vez es más serio el problema climático en el mundo.
En la pasada conferencia del clima en París, Uruguay anunció de manera sobresaliente que ha logrado generar el 95% de su electricidad de fuentes renovables, y lo que es más, esta medida ha significado importantes beneficios económicos para los uruguayos.
Fueron diez años los que tardaron en lograr esta hazaña sin subsidios del gobierno. Los uruguayos crearon una comisión multipartidista que decidió implementar un plan a largo plazo de energía. El país sobrepasó sus metas y han dejado de depender de la importación de energía de Argentina.
En una entrevista con el diario británico The Guardian, el ministro Ramón Méndez, encargado de esta iniciativa, dijo: “Hemos aprendido que los renovables son un negocio financiero. Los costos de construcción y mantenimiento son bajos, así que siempre y cuando proporciones a los inversionistas un ambiente seguro, es un negocio muy atractivo”. Uruguay en los últimos años se ha convertido en una especie de pionero de medidas progresistas, habiendo legalizado la marihuana bajo el impulso de su popular presidente José Mujica.
En la misma conferencia, Marruecos anunció un plan similar. Esperemos que más países sigan este ejemplo.