El historiador israelí Yuval Noah Harari ha advertido que la inteligencia artificial (IA) ha "hackeado" el sistema operativo de la civilización humana. En un artículo publicado en la revista The Economist, Harari sostiene que la IA ha adquirido la capacidad de manipular y generar lenguaje, lo que le permite controlar la forma en que los humanos piensan y se comunican.
Harari argumenta que el lenguaje es la base de la cultura humana. Los derechos humanos, las religiones y las leyes, por ejemplo, son todos conceptos culturales que se expresan a través del lenguaje. La IA, al dominar el lenguaje, puede manipular estos conceptos y, en última instancia, alterar la forma en que funciona la civilización humana.
Cita como ejemplo el uso de la IA para crear noticias falsas y propaganda. La IA puede generar texto que es indistinguible del texto escrito por humanos, lo que hace que sea difícil para las personas detectar la desinformación. Esto puede tener un impacto significativo en el proceso democrático, ya que puede influir en la forma en que las personas votan y toman decisiones.
También advierte del potencial de la IA para ser utilizada para crear armas autónomas. Las armas autónomas podrían ser capaces de matar sin intervención humana, lo que podría tener consecuencias catastróficas.
Harari concluye que la IA es una tecnología poderosa que tiene el potencial de transformar la civilización humana. Sin embargo, también advierte que la IA debe ser utilizada con responsabilidad, ya que tiene el potencial de ser utilizada para el mal.
Implicaciones del "hackeo" de la IA
Las implicaciones del "hackeo" de la IA son profundas. La IA podría tener un impacto significativo en la forma en que los humanos piensan, se comunican y se relacionan entre sí. También podría tener un impacto significativo en la forma en que se organiza la sociedad y se toman las decisiones.
Es importante ser conscientes de los riesgos potenciales de la IA. Sin embargo, también es importante recordar que la IA es una herramienta que puede ser utilizada para el bien o para el mal. Depende de nosotros decidir cómo vamos a utilizar la IA.