Vladímir Putin, presidente de Rusia, promulgó un proyecto de ley, "internet soberana", que permitirá a las autoridades tener mayor control sobre tráfico de datos e información en la red, medida criticada por diversos grupos de derechos humanos.
Los legisladores rusos insisten en que la nueva ley es necesaria para garantizar la seguridad de las redes en Rusia, pero los críticos señalan que el proyecto, redactado de manera vaga, otorga nuevos poderes de censura a los supervisores gubernamentales. Y, aunque ya publicado, entrará en vigor en noviembre de este año.
En el proyecto se establecen medidas que incluyen la creación de tecnología, tanto software como hardware, para monitorear internet y desviar el tráfico de la web rusa de servidores extranjeros, aparentemente con la finalidad de evitar que un país externo cierre los servidores, los interfiera u obtenga información de actividad en línea de los usuarios rusos.
Los autores de la iniciativa argumentan que Rusia debe garantizar la seguridad de sus redes, especialmente por las rencillas que han tenido con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que acusa al país europeo de realizar ciberataques sin consecuencias en su contra.
No es la primera vez que el Kremlin intenta restringir los contenidos en internet, lo que incluso ha desembocado en el encarcelamiento de personas por compartir memes cómicos.
La semana pasada, alrededor de diez organizaciones internacionales de derechos humanos pidieron a Rusia que eliminara los proyectos de ley que buscaban censurar internet.
"El proyecto de ley creó un sistema que brinda a las autoridades la capacidad de bloquear el acceso a partes de internet en Rusia", de acuerdo con un comunicado respaldado por Human Rights Watch, Reporteros sin Fronteras y otros. El bloqueo sería "extrajudicial y no transparente", señala el comunicado.
Según la nueva ley, los proveedores rusos de acceso a Internet también deberán asegurarse de que sus redes tengan los medios técnicos para el "control de tráfico centralizado" bajo el amparo de contrarrestar las amenazas potenciales.
Este ciber-ontrol estará al mando del servicio de seguridad ruso FSB y a la agencia de monitoreo de medios y telecomunicaciones Roskomnadzor, que a menudo es acusada de bloquear arbitrariamente contenido en la web.
En los últimos años, las autoridades rusas han bloqueado sitios en línea y contenido vinculado a la oposición política del país, así como también servicios de Internet que no admiten la cooperación con agencias gubernamentales, e incluso redes sociales como Linkedin.
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