En poco más de tres años y en dos ocasiones se han localizado restos de mamuts en Tultepec, Estado de México. Tras casi diez meses de excavaciones, el equipo del INAH ha recuperado 824 huesos.
Este es el segundo hallazgo en la región a dos kilómetros de distancia de donde, en 2015, se encontró la osamenta de un mastodonte. Además, es un hallazgo inédito de cacería de mamuts, con una antigüedad aproximada de 15 mil años.
“(El hallazgo) Representa un parteaguas, una piedra de toque sobre lo que hasta ahora imaginábamos fue la interacción de bandas de cazadores-recolectores con estos enormes herbívoros", afirmó Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del INAH.
De igual manera cambia esa escena “azarosa” y “eventual” que los libros de texto manejaban sobre la caza del mamut: la de un animal al que se atacaba únicamente cuando caía en un pantano. Por el contario, las excavaciones en San Antonio Xahuento, demuestran el aprovechamiento del medio y la organización social alcanzados por los primeros pobladores de la Cuenca de México para emprender esta actividad de cacería.
En tres de los perfiles expuestos por esa gran excavación (de 40 por 100 metros y 8 de profundidad), llamó la atención los cortes verticales en la disposición de los estratos o capas. Se trataba de dos fosas con paredes de casi 90 grados, de 1.70 metros de profundidad y 25 metros de diámetro, que fueron utilizadas como trampas destinadas a estos proboscídeos.
Presentación de los hallazgos de contextos arqueológicos de cacerías de #Mamuts en #Tultepec #EstadodeMéxico. pic.twitter.com/Yg3aDorfGf
— INAHmx (@INAHmx) November 6, 2019
Dentro de esas fosas, por debajo de los 3.50 metros, se han recuperado ocho cráneos, cinco mandíbulas, un centenar de vértebras, 179 costillas, 11 escápulas, cinco húmeros, además de ulnas (cúbitos de un hueso largo), pelvis, fémures, tibias y otros huesos “pequeños”.