Gail Griffin, legislador estadounidense, pretende que residentes de Arizona que ven porno, financien el muro fronterizo con México.
Después de 32 días de cierre del gobierno de los Estados Unidos por el desacuerdo de sus legisladores respecto a la construcción, las soluciones empiezan a tornarse "creativas".
El proyecto de ley HB 2444 bloquearía el material pornográfico en todos los electrónicos localizados en Arizona. Para restaurar el acceso, los residentes de más de 18 años tendrían que pagar $20 dólares al gobierno estadounidense.
La idea es destinar los fondos recuperados a la John McCain Human Trafficking and Child Exploitation Fund. El dinero se utilizaría para la construcción del muro, pero también para brindar servicios a víctimas de tráfico humano y sexual.
Sin embargo, el futuro de la propuesta parece turbio. Los defensores del porno o denostadores del muro argumentan que imponer un impuesto contra la pornografía desafiaría no sólo los instintos de los millones de americanos consumidores de este tipo de contenido, sino algo más prístino que nadie osaría tocar: el derecho a la libertad expresión protegido por la Primera Enmienda.
No es la primera vez que se intenta imponer un impuesto así. En este mes, se había intentado introducir uno en Virginia para dar apoyo a las víctimas de trata.
“Las personas tienen derecho a acceder a este material, por la Primera Enmienda, y a los editores también los protege la misma”, expresa David Horowitz, director ejecutivo de The Media Coalition.
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