¿Alguien recuerda la presentación del iPad Pro? Bueno, en realidad no importa –yo no la recuerdo y debería hacerlo–, pero en su portal Apple describe a la iPad Pro como “tu próxima computadora (que no) será una computadora”. Vaya declaración de Tim Cook y compañía, y es que bueno, Apple fabrica esas computadoras que de hecho sí deseo sean mi próxima computadora. Como sea, a mis manos llegó la iPad Pro con pantalla de 12.9 pulgadas, así que inmediatamente puse mis entusiastas dedos encima de ella para saber si, efectivamente, este bello instrumento de al menos 16,500 pesos es la MacBook Air para la que sí me alcanza o, por el contrario, un dispositivo más bien dirigido hacia otro tipo de consumidores. 

Más delgada y ligera que MacBook

Es evidente que la iPad Pro es una tableta enorme. Y cuando digo enorme es porque en realidad lo es; su pantalla mide 12.9 pulgadas en diagonal, un tamaño poco convencional para una tableta pero habitual para una laptop –te estoy mirando a ti, MacBook Air de 13 pulgadas–, pero vaya, es Apple, una compañía que ante todas las cosas diseña productos extraordinarios, así que aún cuando notablemente se trata del iPad más grande hasta la fecha, no me sentí como un idiota manipulándola. Vaya, de hecho es más delgada y ligera que una MacBook, esa ultrabook envidiable que Apple diseñó y presentó hace dos años.

Y bueno, creo que si la iPad Pro de 12.9 pulgadas sigue pareciendo un dispositivo diseñado por Apple es porque, independientemente de su extraordinaria hechura, cuenta con accesorios vistos y útiles. Por ejemplo, Smart Keyboard, un increíble teclado que cuesta 3,400 pesos, la hace verse como una tableta versátil. ¿Recuerdan como esas maravillosas Smart Cover hacen ver al iPad casi como una revista? Bueno, pues Smart Keyboard se dobla y hace las de cobertura; encima, ¡nunca tuve que sincronizarlo o conectarlo a un enchufe! Y eso, desde luego, fue posible gracias a tres enigmáticos puntos ubicados en uno de los laterales de la iPad Pro llamados Smart Connector –y que al parecer estarán en el iPhone 7– que simplemente se adhieren magnéticamente para tener un teclado cómodo y elegante, pero que carece de Ñ (su configuración es estadounidense) aun cuando se vende en México y Latinoamérica.

Ah, y luego está Apple Pencil –¡otros 2 mil pesos!–, una pluma que no se adhiere magnéticamente al iPad Pro, que se conecta de la forma menos ortodoxa posible pero que, sin ella, iPad Pro nunca liberaría ese potencial que Apple clama tiene su enorme y cara tableta.

No es su compu, licenciado

Entonces… ¿esta carísima pero fabulosa tableta puede sustituir a una laptop? Bueno, después de casi un mes de uso puedo decir que sí. Pero vaya, en realidad solo soy un hacetextos, un procesador de texto –¡hola Google Docs!– y un navegador que no es Safari son suficiente para que me sienta como en casa con prácticamente cualquier computadora. Y sí, debo decir que las funciones multitarea acercan al iPad a una laptop o una MacBook. Con frecuencia utilicé Word –no usé Google Docs porque no es compatible con pestañas multitarea– mientras conversaba por Messenger o miraba algún video en YouTube; ya saben, cosas que normalmente hacemos cuando utilizamos una MacBook o una laptop.

Pero, incluso cuando las pestañas multitarea convierten al iPad en un dispositivo realmente útil para labores productivas (he visto a mi novia utilizar su iPad Mini para pasar las tardes en Pinterest, pero nunca para hacer sus presentaciones en Power Point que sí hace en su MacBook Pro), creo que iOS 9.3 todavía está algunos años detrás de lo OS X Yosemite permite realizar. Entre otras cosas, creo que para que un iPad pueda equiparar a una MacBook, Smart Keyboard debió incluir un trackpad –¡hola Microsoft Suface!– y una interfaz más próxima al dock con aplicaciones y ventanas totalmente configurables. Pero, en un sentido general, sí pude hacer con la iPad Pro esas cosas que suelo hacer como una Mac o MacBook.

Y claro, justo abajo del “Tu próxima computadora no será una computadora” Apple destaca Apple Pencil. Mentí al inicio; sí recuerdo que cuando Apple presentó iPad Pro dijo, minutos después del típico “es la iPad más bella que hemos hecho, sus posibilidades son infinitas bla bla bla”, que Apple Pencil libera todo el potencial de su nueva tableta. Yo, desde luego, estoy a años luz de poder realizar trazos siquiera decentes, así que pensé que lo mejor sería dar la iPad Pro a un ilustrador profesional y los resultados fueron estos…

Sí, aunque definitivamente diría que iPad Pro puede sustituir a una computadora, no podría decir que una computadora podría sustituir a una iPad Pro, y la razón es Apple Pencil, el verdadero potencial de la tableta “pro” de Apple. Juan Silva, el ilustrador que me ayudó a reseñar la iPad Pro, me dijo que la nueva tableta de Apple es extraordinaria para tareas de diseño. Palabras más palabras menos, me comentó haber quedado fascinado con el uso de Apple Pencil, que con apps como Procreate no solo permite realizar trabajos con hasta 128 capas –¡128 capas de diseño utilizando un dispositivo móvil!–, sino que también permite que recargues la mano al dibujar sin que esto interfiera en el trazo. Y, desde luego, trazar en un iPad Pro es lo más próximo a dibujar sobre papel, básicamente porque lo que se dibuja se transfiere a la pantalla sin contratiempos y porque, a diferencia del uso de trackpads como Wacom, los trazos se ven frente a tus y junto a tus manos.

La iPad más completa

iPad Pro es una tableta extraordinaria. Si sus limitaciones de software no me hicieran extrañar OS X no tendría problema en considerarla al renovar mi MacBook. Del otro lado, creo que los profesionistas que se dediquen a labores creativas encontrarán en la iPad Pro un aliado magnífico, pues no solo podrán trazar como quizá quieren hacerlo en un dispositivo electrónico, sino también hacer todas esas cosas maravillosas que ya son posibles con un iPad.