Hemos jugado Destiny por aproximadamente diez horas. No tenemos idea de cuál sea el avance que llevamos respecto de la “historia” del juego, porque sí, Destiny tiene una historia que contar, una que narra cómo la humanidad estuvo al borde de la extinción hasta que durante un viaje a Marte encontraron una esfera llamada The Traveler, que bendijo a la humanidad con sus poderes místicos. Tenemos mucho por explorar, pero definitivamente nuestras diez horas de juego han contribuido para hacernos una idea de lo que es, pero sobre todo, de lo que no es Destiny.
Hay varios aspectos interesantes en la arquitectura de Destiny que, básicamente, podrían dividirse en dos rubros: el multijugador cooperativo y el multijugador competitivo, ambos impregnados por elementos de juego de rol. Bungie, el estudio productor del título, construyó su juego alrededor de una visión en la que siempre será necesaria una conexión a internet, pues las dimensiones del juego son tan amplias que recorrerlo en solitario o con NPC —personajes controlados por la inteligencia artificial del juego— resultaría abrumador. Bungie quiere que juguemos Destiny en compañía de otros dos jugadores para explorar sus vastos mundos, pero por ahora su estructura está diseñada para que la exploración en tripletas no sea obligatoria.
En lo que cabe al multijugador competitivo, son notorias las diferencias entre los jugadores de mayor nivel y los de menor nivel. Hasta ahora el nivel tope en Destiny es 20, y de ahí en adelante, los jugadores entrarán en subespecializaciones que involucran un atributo llamado Light, que mejorará las capacidades de cierto armamento y equipo. Sin embargo, entrar al multijugador competitivo de Destiny, Crucible, estando por debajo del nivel 10 es suicidio. Si la intención de Bungie era hacer de Crucible una experiencia más amigable con el jugador casual, definitivamente algo anda mal.
Hasta ahora, y como con todos los juegos de video, Destiny tiene cosas que nos agradan y otras que nos desagradan. A continuación listamos algunas de ellas.
Nos gusta
Desde allá todo parece bonito
La ambientación de Destiny es fantástica. Hasta ahora sólo hemos explorado la Tierra y la Luna, pero sabemos que también hay misiones en Venus y Marte. Definitivamente la dirección de arte de Destiny es increíble. Bungie construyó un mundo orgánico que rinde tributo a varias obras pop de ciencia ficción; probablemente Star Wars sea la más homenajeada. Por ejemplo, la futurista motocicleta flotante sparrow nos recordó muchísimo a las speed bike de The Return of the Jedi, vaya, incluso el sonido que emite al acelerar es muy similar.
Por otra parte, son notorias las similitudes —positivas y negativas— con Halo. Los escenarios de las misiones son bastante amplios. No tenemos una magnitud para compararlos con los mapas de Halo, pero definitivamente son mucho más grandes, e invitan a la exploración. Además, las armas de los Guardians son una especie de pastiche mejorado del armamento de Halo. Los rifles automáticos y francotiradores son similares a los de la ópera prima Bungie, pero siempre incluyen alguna mejora en su diseño que los hace más atractivos. Y sobre la estética de los personajes, es notorio el avance de Bungie; desde las diversas clases de Guardians hasta el diseño de los Fallen y Hive —dos de las razas antagónicas del juego— el diseño de personajes de Destiny es asombroso.
En lo que cabe al multijugador competitivo, son todavía más notorias las afinidades con Halo. La acción es rápida, frenética, y combina combate a distancia con armas de fuego, y a quemarropa mediante las habilidades únicas de cada clase. Quienes hayan participado en el multijugador de los juegos de Halo desarrollados por Bungie tendrán la sensación de revisitar una versión mejorada de los viejos escenarios de refriegas. Y todo, absolutamente todo luce increíble.
No nos gusta
Perdidos en el espacio…
¡Nos sentimos solos! Destiny está diseñado para jugarse en compañía de dos jugadores más, y en diez horas de juego apenas pudimos jugar una misión del modo Historia con un jugador que, para variar, ni nuestro amigo era. Vaya, ni siquiera tuvimos comunicación de voz. Aunque definitivamente nos sentimos menos solitarios, no experimentamos, ni de cerca, esa sensación que Activision transmitió en el tráiler live action para promocionar Destiny previo a su lanzamiento. En otras palabras, el campo de Destiny es increíblemente atractivo la exploración cooperativa, pero hasta ahora el diseño del título no favorece este tipo de exploración. Vaya, nos encantaría que existiera un lobby en el que los jugadores sin amigos disponibles para jugar Destiny, como nosotros, se encontraran con otros jugadores que desean jugar las misiones del modo Historia en compañía.
Por otra parte, la señalización de Destiny no es del todo clara. Pasamos cerca de dos horas en un tipo de misión denominada “Patrol”, en las que tras cumplir una serie de objetivos encontramos nuevas tareas por completar. El problema con la señalización en las misiones Patrol es que tras concluir los objetivos principales brotan nuevas tareas… unas tras otras; después de un tiempo nos fastidiamos al no saber qué objetivo debíamos concluir para completar la misión —como ocurre con las misiones relacionadas a la historia del juego—, por lo que decidimos regresar a la órbita para elegir otra misión. Hasta entonces supimos que las misiones Patrol son de naturaleza interminable. Un mensaje en pantalla o en voz del Ghost —el asistente personal de todos los guardians— hubiera sido más esclarecedor que nuestras inútiles dos horas de exploración.
De la mano de la exploración está el descubrimiento de armamento y equipo especial disperso en las misiones del juego. Los escenarios de Destiny estimulan la investigación, pero las recompensas rara vez lo son. Vaya, uno puede inspeccionar las llanuras de la Luna por horas sólo para encontrar un rifle francotirador que no es mejor que ninguna de las armas que arrojan los enemigos durante las misiones Strike —tareas aleatorias que duran un par de minutos—. Las recompensas que paga Destiny por indagar sus terrenos rara vez son satisfactorias.
Esa maldita conexión a internet…
Entendemos cuál es la visión de Bungie para Destiny, sin embargo creemos que dar opciones al jugador resultaría cómodo. Al menos para nosotros lo sería. Sabemos que de una u otra forma somos los auténticos probadores de Destiny, y que el juego evolucionará en los próximos meses. Pero si por ahora no hay suficientes estímulos para unir fuerzas con otros dos jugadores, lo menos que deseamos es que un error en el internet o la energía eléctrica —¡nos pasó!— corte nuestra sesión de juego.
Pero sí, nos encanta Destiny
Hay muchos aspectos que Destiny tiene que mejorar. Entendemos eso y tenemos fe en que Bungie hará de Destiny un juego espectacular. Pero por ahora, quienes tomen la decisión de iniciar su aventura encontrarán un título perfectible. No nos sentimos ni un poco defraudados con Destiny. Convertirse en leyenda no es tarea fácil.