Esta semana, The Financial Times dio a conocer que Foxconn, el principal proveedor de Apple en Asia, contrató a miles de practicantes (estudiantes) para ayudar a ensamblar el iPhone X.
El problema es que seis de ellos, entre los 17 y 19 años, declararon al diario que trabajaban jornadas de 11 horas, lo cual está penado por la ley china y va en contra de las políticas de la compañía de Cupertino.
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Hoy, Foxconn aseguró haber tomado cartas en el asunto para asegurar que ningún becario trabaje tiempo extra, reporta la BBC. En teoría, ellos no pueden laborar más de 40 horas a la semana.
Asimismo, el ensamblador chino indicó que los “becarios representan un porcentaje muy pequeño” de su fuerza laboral y que la violación de las leyes que protegen a los empleados va en contra de sus propias políticas.
Por su parte, Apple refirió que “continuará haciendo todo lo posible para generar un impacto positivo y proteger a los trabajadores en su cadena de suministro”.
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