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iKnife, un bisturí que detecta tejidos cancerosos


Un grupo de investigadores logró construir un bisturí el cual capaz de detectar si el tejido que toca es canceroso o no.

por: Alejandra Ramos Barreda Alejandra Ramos Barreda

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Un grupo de investigadores del Imperial College de Londres ha logrado construir un bisturí el cual le permitiría a los médicos reducir el número de operaciones para eliminar tumores, ya que es capaz de detectar si el tejido que toca es canceroso o no.

El iKnife es un dispositivo con forma de un bisturí eléctrico que actualmente es utilizada por los cirujanos para cauterizar membranas u órganos internos. La diferencia es que el iKnife detecta los vapores que se desprenden del tejido durante una disección y los analiza al instante; por lo que los expertos creen que podría revolucionar el tratamiento del cáncer.

La cirugía es la mejor esperanza de cura para el cáncer, sin embargo hasta los mejores cirujanos no pueden estar totalmente seguros de haber retirado todas las partes del tumor. Un ejemplo, es el cáncer de mama, ya que más del 20% del tejido canceroso puede ser dejado por lo que el paciente recae y tiene que someterse a más operaciones.

En un estudio inicial, el iKnife identificó el tejido maligno en pacientes con cáncer que fueron sometidos a operaciones y tuvo el 100% de precisión, por lo que podría ser aprobado para su uso general en salas operaciones dentro de tres años.

El iKnife representaría una gran ayuda al cirujano ya que le indicaría exactamente donde está el tejido canceroso y cuando se ha eliminado por completo. Igualmente permitiría a los cirujanos realizar operaciones de mayor riesgo, además de proporcionarle al cirujano el lugar exacto en donde se originó el cáncer.

Este nuevo dispositivo también significaría una mayor esperanza de sobrevivir al cáncer además de ahorrarle miles de dólares a los pacientes, ya que se reduciría el costo de las pruebas de laboratorio y evitaría operaciones de seguimiento.

Una versión personalizada se está probando dentro de los hospitales Santa María, Hammersmith y Charing Cross en la ciudad de Londres. Esta versión “personalizada” cuenta con un indicador, el cual se pone en color rojo cuando detecta el cáncer, mientras que el tejido sano se muestra en verde y el amarillo señala que aún no se ha identificado. Esta versión experimental tiene un costo de aproximadamente 300 mil dólares, sin embargo el inventor Zoltan Takats afirma que bajará de precio en el momento que entre en producción comercial.

Sin duda alguna este puede ser uno de los avances médicos más importantes dentro de la historia de la medicina, ya que podría aumentar la esperanza de vida de los pacientes de cáncer.

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