El año pasado Canon sorprendió al mundo al mostrar un sensor de captura de imagen de tamaño gigantesco (202 x 205 mm.). En aquel momento fue considerado una pieza de museo, ya que por sus dimensiones era imposible colocarlo en una cámara, sin embargo, este componente ya encontró un lugar donde es aprovechado al máximo. El Observatorio Kiso de la Universidad de Tokio utiliza este ultrasensible sensor en su potente telescopio para monitorear meteoros casi imperceptibles.
El trabajo realizado por este dispositivo sorprendió a los científicos al percibir, en tan solo unos minutos de grabación, la misma cantidad de aerolitos que tardaron en encontrar en el transcurso de un año, ayudando con esto a comprender y estudiarlos mejor.
