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Water on Mars?


La NASA sabe que hay agua en Marte, pero hasta ahora no han podido acercarse lo suficiente. Sin embargo, ya prepara una misión tripulada en 2030.

por: Ángel Sánchez Quiroz Ángel Sánchez Quiroz

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El 28 de agosto de 1973, 66 días después de que David Bowie estrenara su sencillo "Life on Mars"?,  Elliott See, William Rutledge y Vladimir Ilyushin pisaron Marte. “Is there life on Mars?”, preguntaba David Bowie en su canción. En pleno 2015 ni See ni Rutledge ni Ilyushin han respondido la pregunta. Tampoco lo han hecho Buzz Aldrin, Neil Armstrong ni el otro cosmonauta ruso que supuestamente formó parte de la primera expedición de reconocimiento a Marte, que dicen que ocurrió en 1971. Posiblemente la respuesta de estos seis astronautas ha tardado más de 40 años en llegar porque o se trató de una misión secreta con descubrimientos tan inesperados que el resto de los terrícolas aún no estamos preparados para conocer, o porque el supuesto Project Redsun, cuya existencia se ve supuestamente comprobada por videos recientemente aparecidos en YouTube, es una absoluta farsa.

 

Independientemente de que lo anterior sea un fraude o no, lo que sí se confirmó recientemente fueron evidencias de la existencia de agua en Marte. “Tenemos pruebas científicas que comprueban lo que sospechábamos desde hace mucho tiempo”, dijo John Grunsfeld, astronauta y administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA en Washington, a través de un comunicado de prensa emitido el pasado 28 de septiembre de 2015. “Esto es un descubrimiento importante, pues parece confirmar que hay agua –aun si es salada– que fluye por la superficie de Marte.” Más de 15 años de investigaciones quedaron resumidos en esa declaración. De hecho, las pruebas de la existencia de agua salada en Marte es lo más relevante que ha ocurrido en la NASA posiblemente desde la llegada del hombre a la Luna. Pero, ¿qué significa la posible existencia de agua en Marte para el terrícola común y corriente?

 

Nada. Al menos no por el momento, pues la NASA todavía no ha visto agua-agua. Claro, tienen imágenes en las que aparecen pendientes cuyas superficies presentan señales de humedad a lo largo de 200 o 300 metros, con una extensión de cinco metros de ancho. Tienen imágenes del rastro salado y la mancha oscura que deja el líquido. También se sabe de la existencia del líquido en forma sólida en los polos de aquel planeta y en depósitos dentro de cráteres, pero ni la NASA ni ninguna otra agencia espacial ha podido ver el líquido. Los científicos saben que ahí está; simplemente no han podido acercarse lo suficiente.

 

“Ah, pero ahí está el Curiosity, ese vehículo espacial que hizo contacto con la superficie marciana hace tres años. ¿Por qué no mandarlo a que llene una cantimplora?”, sería, después de todo, la pregunta obvia que dispararía una respuesta inesperada. “Son pendientes escarpadas, por lo que nuestros rovers presentes no podrían subirlas”, explicó Rich Zurek, científico líder del NASA Mars Program Office, recientemente en una sesión de preguntas y respuestas en Reddit. Sin embargo, el verdadero problema de enviar un vehículo terrestre tan cerca del agua no tiene que ver con el terreno sino con la contaminación.

 

El 19 de diciembre de 1966 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el Tratado sobre los principios regulatorios de las actividades de los Estados en la exploración y uso del espacio exterior, incluyendo la Luna y otros cuerpos celestes, donde se deja en claro que el estudio de cualquier cuerpo celeste debe llevarse a cabo de tal manera que evite su contaminación, por lo que enviar un vehículo –o, peor aun, humanos– al lugar donde probablemente exista agua y, junto con el agua, la posibilidad de la existencia de vida tal y como los habitantes de la Tierra la concebimos, sería una irresponsabilidad, ya que, incluso si los vehículos espaciales son esterilizados, todavía no puede saberse con seguridad que esa esterilización fue suficientemente profunda para eliminar cualquier rastro de vida terrestre que pueda afectar Marte.

 

De hecho, se dice que para la década de 2030 podría pensarse en enviar una misión tripulada a Marte. ¿Qué pasaría entonces? Es difícil determinarlo actualmente, pues la presencia de humanos cerca del agua marciana implicaría un riesgo de contaminación mutuo entre los planetas, lo que quiere decir que, aun si un astronauta logra pisar aquel planeta, tanto su interacción como la de cualquier otro artefacto proveniente de la Tierra tendría que evitarse. ¿Qué nos queda? Cerca de 97% de la superficie de Marte. “El próximo paso es buscar más lugares donde fluya esta agua salada. Apenas cubrimos 3% de Marte con resoluciones lo suficientemente altas como para revisar esos detalles”, respondió Zurek en Reddit.

 

Mientras Zurek y compañía revisan el resto del planeta o mientras pasa el 2030 –lo que suceda primero– no nos queda más que esperar. “Is there life on Mars?”, nos volvemos a preguntar. La respuesta depende de a quién le formulemos la incógnita. Los amantes de las conspiraciones hablarán del viaje secreto de Aldrin, de Armstrong, de los demás astronautas que pisaron la superficie marciana, y de todo eso que está encerrado en Roswell. Ellos seguro ya tienen una respuesta cuyas pruebas no nos pueden mostrar. El resto de nosotros, los más prudentes, solo sabemos que al menos hay agua en Marte, y eso es extremadamente emocionante. Quien no lo crea, que le pregunte a David Bowie.

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