El 1 de marzo de 1966 la exploración espacial se anotaba un momento cumbre: La Unión Soviética se convertía en el primer país en impactar la superficie de otro planeta con la sonda Venera 3, lanzada el 16 de noviembre del año anterior en plena carrera espacial contra Estados Unidos. Tristemente, el júbilo por la llegada de Venera 3 a Venus quedó empañado por un fallo en su sistema de comunicación, que impidió la recepción de la que hubiera sido la primera información sobre el segundo planeta del Sistema Solar.
Según explica Wikipedia, la misión Venera 3 tenía por objetivo estudiar las condiciones atmosféricas de Venus. La sonda, que pesaba más de una tonelada y tenía un aspecto similar al robot de Perdidos en el espacio, estaba preparada para medir la temperatura, presión y composición del planeta. Sin embargo, las condiciones hostiles del planeta –nubes de ácido sulfúrico, vientos de 400km/h y una temperatura media de 462 grados, por ejemplo– provocaron el fallo que impidió conocer el paradero de la nave, posiblemente estrellada en la superficie venusiana.
A la izquierda, una imagen de Venus captada por la sonda Mariner 10; a la derecha, una imagen de la sonda Venera 3.
Aunque la misión Venera 3 no fue exitosa, sí allanó el camino para próximas misiones a Venus. Un año después la sonda Venera 4 midió la atmósfera del planeta, en tanto que en 1970 Venera 7 aterrizaba exitosamente sobre Venus. Un década después, en 1982, las sondas Venera 13 y Venera 14 enviaron las primeras imágenes a color de Venus, un planeta de tipo rocoso y terrestre con tamaño y masa similar a la Tierra, pero con diferencias atmosféricas diametralmente opuestas que imposibilitan la vida humana.
Europa y Japón en Venus
La Unión Soviética suspendió su programa de exploración venusiana en 1983 con las sondas Venera 15 y 16, enviadas con la finalidad de cartografiar con ondas de radar la superficie de Venus. Durante las décadas subsecuentes las agencias espaciales mostraron poco interés por Venus, dirigiendo los esfuerzos a la exploración marciana debido a que sus condiciones de habitabilidad son más similares a las de la Tierra.
Sin embargo, en 2005 la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó Venus Express, su primera misión a Venus. Fue lanzada en noviembre de 2005 y finalizó en diciembre de 2014. El objetivo de esta misión fue estudiar la atmósfera, el medio de plasma y la superficie venusiana a detalle, así como las interacciones entre su superficie y atmósfera. Estos estudios son de utilidad para la comunidad científica para planes de contingencia en caso de un calentamiento terrestre extremo.
Una imagen conceptual de la sonda Akatsuki orbitando sobre Venus.
Actualmente Japón es el único país en estudiar activamente a Venus con la sonda espacial Akatsuki. Esta nave orbita Venus desde el pasado 7 de diciembre de 2015 y también estudia la dinámica atmosférica y física de las nubes venusianas.