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Recorriendo Campus Party México 2010


por: Alan Sefchovich Alan Sefchovich

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La simple idea de pensar en el Campus Party causa una emoción difícil de explicar.
Asistir a un evento de tal magnitud, que busca ser un encuentro de comunidades y personalidades del mundo de la tecnología, podría llegar a ser intimidante hasta cierto punto. No obstante, todo estuvo planeado para que esta fiesta magna le gustara a todos; para que alguien que no hubiera tenido contacto con la tecnología estuviera incluido y comprendiera los temas, y para que el experto en tecnología se sintiera como pez en el agua.

Fuimos invitados, como medio electrónico, para cubrir y conocer de qué se trataba el montaje. Entrando al pabellón principal, lo primero que alcanzamos a ver a lo lejos fueron metros y metros de mesas de trabajo, en donde todos los campuseros pudieron conectarse a Internet de muy alta velocidad, para navegar, compartir y descargar archivos. Alrededor, sillones y sillas más cómodas, en donde algunos aprovechaban para comer, dormirse un rato, o acomodarse mejor mientras veían alguna película.

El Campus Party tenía varios escenarios en donde constantemente se impartieron conferencias según la temática de la zona: música, videojuegos, astronomía y más. La entrada fue abierta y, entre puffs y mesas de trabajo, pudimos escuchar conferencias mientras tomábamos apuntes o usábamos una computadora.

En el pabellón adjunto encontramos la zona de campamentos. ¡Es una locura! Eran aproximadamente 3000 tiendas de campaña perfectamente alineadas en donde todos los campistas amantes de la tecnología podían comer, dormir, meditar... Y para ducharse o entrar al baño tenían que hacer fila. Ni hablar, no todo es perfecto.

En el Campus Party, la mayoría de los asistentes estuvieron en silencio mientras trabajan conectados, caminando de un lugar a otro con el iPad en mano, hablando por teléfono en alguna esquina, dormidos en un sillón, comiendo un taco o desconectados del tiempo (muchos no sabían qué hora ni qué día era).

Los que no acamparon también se divirtieron con los simuladores de automóviles y consolas Xbox 360, y recuperaron fuerzas en las zona de snack.

Nos encontramos a varias personalidades de distintos medios, y tuvimos la oportunidad de platicar con algunos organizadores y coordinadores. Además, encontramos a los campuseros mas auténticos, quienes nos mostraron sus equipos de cómputo, compartieron con nosotros su experiencia y hasta nos invitaron a comernos un taco.

Fue una experiencia muy recomendable no sólo para los expertos en el tema, sino también para los que quisieron conocer una nueva manera de vivir la tecnología.

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