Hoy, es mucho más sencillo emprender un negocio que hace décadas. Eso sí, lo que no deja de ser imprescindible es una buena idea y un plan sólido para ejecutarla. Y claro, también es relevante saber utilizar todas las herramientas que Internet ofrece.
En primer lugar, hay que preguntarse el tipo de negocio que se desea tener. ¿Uno que dé dinero de inmediato? ¿Uno que más bien se pueda emprender en los tiempos libres? Una vez respondidas estas preguntas, hay que considerar las habilidades que se poseen o cuáles son las áreas en que se es experto.
El capital, sí, es importante, sobre todo el que se pueda invertir sin temor a perderlo y el total que se necesita para la compañía que se tiene en mente.
Una perspectiva distinta
Parece que tener un "golpe de suerte" no aplica para las compañías; es más, varias empresas son exitosas por abordar un problema desde una perspectiva distinta. También vale la pena preguntarse en qué otro campo diferente al que se está habituado, se puede utilizar el conocimiento que se tiene.
Por supuesto, es útil fijarse en los negocios que dominan el mercado y pensar cómo pueden realizarse de modo más económico y eficiente.
Investigación en red
Algo que los emprendedores olvidan hacer es investigar. Es necesario buscar información demográfica sobre los clientes ideales y sobre las estrategias publicitarias que más los impactarán. Para ello, ni siquiera se tiene que salir de casa, se puede obtener esta información de diversos materiales en línea.
Búsqueda de capital
Para emprender, es necesario contar con, al menos, un poco de capital o tener un plan para adquirirlo, ya sea con inversionistas, incubadoras o aceleradoras de negocios, e incluso con los mismos usuarios a través de campañas de crowdfunding.
Para ahorrar inversión, también es recomendable intercambiar servicios por otros, como el producto propio por un espacio compartido de trabajo.
Asimismo, resulta importante llevar el registro de cada gasto que se realice en la empresa, tal vez la base para entender en qué se puede optimizar y reducir costos.
Marketing y retroalimentación
Antes de lanzar el negocio, pero también durante su operación, es necesario promocionarlo. Los materiales tradicionales, como videos, banners y carteles, son una buena alternativa, y también están las redes sociales, sin embargo, es necesario conocer la naturaleza y alcance de cada una, con el fin de entender cuáles se adaptan mejor a los propósitos de la compañía.
Una vez que se lanza el negocio, no se debe olvidar pedir retroalimentación sobre el producto o el servicio que se ofrece, lo cual dará pistas sobre cómo mejorar constantemente. Por supuesto, las redes sociales siguen siendo aliadas perfectas aquí.
Compras
Tener claro cómo se realizarán las adquisiciones una vez que el emprendimiento arranque, es de suma importancia. En este sentido, poder realizar las compras del negocio en uno de los 74 mil lugares donde se puede pagar con American Express, por ejemplo, marca una diferencia considerable, sobre todo si se es un usuario de perfil ejecutivo que busca tener flexibilidades de pagos.
Aspectos legales
Por último, pero no menos importante, no se deben olvidar los aspectos legales del negocio, como registrar su nombre ante las autoridades competentes, pedir los permisos y licencias correspondientes, y pagar impuestos por los mismos.
Todo esto suena engorroso, pero las dependencias legales, cada día, permiten realizar más papeleos en línea, así que no debe haber pretextos para emprender.