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Iron Fist: ¿qué te pasó, Marvel?


Danny Rand rompe la racha ganadora de Marvel en Netflix, más a punta de tedioso drama corporativo que de puñetazos mágicos.

por: Lalo Ortega Lalo Ortega

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Basta con ver un par de episodios de Iron Fist para notar que se trata de una serie con crisis de identidad: quienes lleguen a ella atraídos por el prospecto de las artes marciales fantásticas, encontrarán que la historia da mucho mayor peso al drama corporativo. A pesar de integrarse a la alineación de justicieros “de a pie” de Marvel, ya solidificada en Netflix por Daredevil, Jessica Jones y Luke Cage, hay poco de callejero en la misión de Danny Rand (Finn Jones), misma que involucra licitaciones empresariales, ciudades de otras dimensiones y cultos ninja.

 

Y a pesar del potencial que ofrece tan extravagante y ambiciosa premisa, su creador, Scott Buck, logra entregar algo que pretende ser complejo, pero sólo resulta enredado y vago. Rand, creído muerto en un accidente aéreo en el Himalaya, regresa para recuperar su lugar como heredero de la multinacional Rand Enterprises, luego de entrenar con monjes en la ciudad mística de K’un-Lun, misma que sólo existe en la Tierra cada 15 años.


Al igual que la serie que protagoniza, el personaje titular también parece padecer del mismo mal identitario: él es, como se nos recuerda hasta el hartazgo, el "Arma inmortal" de K’un-Lun, el mejor guerrero de su ciudad, elegido para protegerla y eliminar al clan ninja de La Mano (viejos conocidos de Daredevil). Para tal labor, está dotado con el “Iron Fist”, un poder misterioso que le permite concentrar todo su poder en los puños para lograr hazañas como volar la puerta de acero de un manicomio.

 

 

A continuación, se desenvuelven 13 tediosas horas de Danny Rand, en las que se debate entre su supuesto destino, sus responsabilidades como accionista mayoritario de Rand Enterprises, su búsqueda por la verdad sobre el accidente de avión que lo dejó huérfano, y una naciente sed de venganza. Excepto que nunca queda claro cuál de todos es el hilo principal de su historia.

 

Los principales problemas de Iron Fist surgen a nivel del guión, mismo que pretende hacer malabares con numerosas tramas, subtramas y personajes. El elenco se nota bastante nutrido por los hermanos Meachum, Joy (Jessica Stroup) y Ward (Tom Pelphrey), hijos del cofundador de Rand Enterprises y actuales dueños de la misma. Además, está la maestra de artes marciales Colleen Wing (Jessica Henwick), quien entra en la vida de Danny por casualidad, pero cuyo rol en la misma resulta determinante.

 

También regresan rostros ya vistos en el universo marveliano de Netflix: Jeri Hogarth (Carrie-Anne Moss), la abogada que trabaja con Jessica Jones –ahora asesora a Danny en una disputa legal, tan breve como absurda, para recuperar su compañía–; y la enfermera Claire Temple (Rosario Dawson), cuyo rol es una suerte de Nick Fury.

 

Tan crucial como es para establecer el inminente crossover de The Defenders, el personaje de Dawson obtiene un desarrollo casi nulo en esta ocasión. Resulta frustrante ver desperdiciada a una actriz de su talla, sobre todo tras lo visto en Daredevil y Luke Cage.

 

Y Danny Rand está en todos esos frentes narrativos, así que no sorprende que el resto del elenco compita entre sí por el tiempo necesario en pantalla para desenvolverse y resultar interesante, ya ni decir relevante. Finn Jones, por su parte, hace lo que puede con un protagonista cuyo arco narrativo está escrito en múltiples trozos inconexos. Así, está un héroe que resulta poco contundente en sus convicciones, de hecho, parece cambiarlas con cada episodio. En un momento parece determinado a tomar su puesto en la compañía y, al siguiente, a desatenderlo por luchar contra el crimen.

 

 

Por supuesto, dicen, un héroe únicamente es tan bueno como su villano... y lo mismo sucede a la inversa. De entrada, Iron Fist no logra establecer una sólida identidad propia, en buena parte debido a los antagonistas que recicla: para los seguidores de Marvel, La Mano es una organización atractiva, pero ya vista. Para quienes no hayan visto Daredevil, en cambio, este clan ninja parecerá retratado como una entidad vaga que sólo sirve a otras fuerzas mayores en juego. Sin caer en detalles, basta con decir que hay otros actores en las sombras, pero con líneas de diálogo tan risibles y pobremente ejecutadas como "Cállate y muere", mezcladas con maquinaciones más transparentes que el agua.

 

Mucho de lo anterior podría perdonarse si tan sólo hubiera más y mejor de lo que sería lógico en una serie sobre artes marciales: combates. El drama corporativo toma preeminencia narrativa en Iron Fist, con pocas y breves peleas entre episodios, sobre todo los de la primera mitad. En cuanto a la ejecución, la comparación obvia por parentesco es, una vez más, Daredevil, y el nuevo integrante de la familia Marvel queda a deber. No se pone en duda el talento de sus intérpretes, sino las desafortunadas decisiones de edición y coreografía que restan impacto al despliegue físico de Danny Rand. Aquí no hay nada que se acerque a la ya famosa lucha del pasillo, uno de los puntos álgidos en la primera colaboración de Marvel y Netflix.

 

Y ni hablar del descuidado pastiche de culturas asiáticas, tanto a nivel de guión como de dirección artística y de vestuario. Si La Mano es un culto ninja (o sea, de Japón), ¿qué hacen utilizando kung fu, un arte marcial china? En un dōjō de artes marciales del barrio chino, donde supuestamente se enseña karate (japonés), ¿qué hace la instructora utilizando indumentaria del kendō? Para una producción envuelta en controversias raciales por su elenco, estas decisiones sin duda son, por decir lo menos, cuestionables.

 

Más allá de informarse sobre uno de los cuatro Defensores que se unirán en la próxima serie de la Casa de las ideas, existen pocos motivos para ver Iron Fist de principio a fin. Uno de los personajes más destacables llega cortesía de Jessica Henwick, quien logra una Colleen Wing convincente con lo que el guión le otorga. La interpretación física de Tom Pelphrey como el trastornado Ward Meachum, también es digna de ver. Hay guiños al Universo Marvel aquí y allá para quienes gusten mantenerse al corriente de todo lo que sucede en él. Sin embargo, en términos generales, es más recomendable ignorar la historia de origen de Danny Rand, que seguramente volverá a ser contada con el esperado estreno de The Defenders.

 

 

Iron Fist

Creación: Scott Buck

Reparto principal: Finn Jones, Jessica Henwick, Jessica Stroup, Tom Pelphrey, David Wenham, Rosario Dawson y Carrie-Anne Moss

Estreno: 17 de marzo de 2017

Plataforma: Netflix

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