Los fabricantes chinos de automóviles eléctricos han experimentado un notable éxito en Europa, gracias a precios atractivos y tecnología avanzada que los coloca sin rival en el mercado. Esto ha generado un impacto evidente, ya que las marcas europeas se ven afectadas por la creciente competencia asiática. Al mismo tiempo, las empresas estadounidenses se están preparando para este desafío, como es el caso de Ford, que está buscando asociaciones estratégicas para aprovechar al máximo su desarrollo de vehículos eléctricos.
En concreto, Ford ha anunciado una colaboración con Amperex Technology, con sede en China, para establecer una nueva planta de fabricación de baterías para vehículos eléctricos en Estados Unidos. El CEO de Ford Motor Company, Bill Ford, ha admitido que Estados Unidos no puede competir con China en la producción de vehículos eléctricos, reconociendo que los fabricantes chinos están a un nivel superior en términos de producción a gran escala y tecnología.