Según un estudio publicado en la revista científica Microiotics Genomics, el gusano Zophobas contiene una enzima bacteriana en su intestino que le permite digerir e ingerir poliestireno.
El proyecto científico tiene como objetivo no utilizar millones de estos gusanos para el reciclaje industrial a gran escala, sino encontrar una manera de optimizar el uso de enzimas en los procesos de procesamiento de plástico.
De acuerdo con Chris Rink, uno de los autores del estudio y experto de la Universidad de Queensland, estas larvas de escarabajo son capaces de sobrevivir con poliestireno durante todo su ciclo de vida.
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"Queremos replicar lo que pasa en el estómago del gusano", indico Rink, y agrega que espera producir enzimas en masa y extraer proteínas en el laboratorio "para usarlas de manera más efectiva" en los próximos cinco a 10 años.
Desde este centro de investigación, los gusanos pueden ser reconocidos como unas minicentrales de reciclaje, ya que se encargan de acabar el poliestireno con la boca y lo destruyen.
Las características del estómago de estas larvas pueden contribuir a resolver uno de los problemas más graves de la economía global, que produjo cerca de 360 millones de toneladas de plástico en 2018, material que suele ser arrastrado a los océanos y provoca un fuerte impacto en los ecosistemas.