El móvil ha muerto, ¡larga vida al móvil!

Tengo una buena noticia y una mala. Empecemos por la mala así nos sacamos el lastre rápido: los smartphones han llegado a su techo. Bien, ahora vamos con velocidad a la buena: los smartphones han llegado a su techo.

Termina el Mobile World Congress en Barcelona y mientras camino por sus calles comiendo patatas bravas y soñando ser Iniesta, pienso que una buena conclusión del evento, que juntó este año a 100 mil personas, es la siguiente: las grandes empresas de smartphones apuestan a salir del celular para seguir ganando dinero, captar nuevos usuarios y ampliar su cuota en un mercado cada vez más saturado y complicado, con un pastel de cumpleaños que tiene cada vez más porciones e invitados pero menos ganancias.

Me explico: ¿Dónde está lo más innovador en los nuevos celulares que presentaron Samsung, Sony, Lenovo o LG? Afuera del smartphone. Ocurre que, con un diseño cada vez más estándar, pantallas brillantes, similares características de memorias y procesadores, dos sistemas operativos (Android o Apple) y con fotos y videos en una cantidad más que decente de pixeles, las empresas necesitan generar cada vez más accesorios alrededor de los dispositivos para seducir los bolsillos de sus usuarios. Veamos ejemplos:

La estrella del lanzamiento de la coreana Samsung no fue el Galaxy S7 (casi idéntico que su antecesor) sino el Oculus de realidad virtual (VR) y Mark Zuckerberg contando que los usuarios de Facebook ven cada vez más videos en 360. De paso, presentaron su camarita Gear 360 para tomar fotos y videos. Lo mismo que LG, la otra empresa coreana, que junto a su G5 (desmontable para cambiar la batería) presentaron su casco de VR, una pelota robot (Rolling Bot) para controlar nuestra casa y mascota a distancia y también su camarita 360. Incluso fueron más allá con el Smart Controller, una especie de joystick para manejar algunos drones de una manera muy simple. Todo esto, por supuesto, se vende aparte.

La empresa Alcatel (en manos de la china TCL) fue más creativa y, literalmente, pensó “out of the box”. El nuevo Idol 4 S (el más grande) vendrá, por el mismo precio, en una caja que a su vez son los anteojos para ver VR. Los japoneses de Sony, con poca suerte en sus Xperia y su smartwatch, empiezan a probar con otros productos. Me gustó una pequeña cámara que saca fotos automáticamente cuando detecta movimiento y rostros sin que tengamos que mirar una pantalla ni hacer clic. También mostraron el Ear, un audífono bluetooth inteligente que se conecta al celular y permite escuchar las notificaciones y música, hablar por telefono y activar funciones mediante la voz, sin necesidad de usar la pantalla del móvil. (¿Se acuerdan de la película Her? ¿Vendrán los Ear con la inolvidable voz afónica de Scarlett Johansson?)

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Y no me quiero olvidar de la enorme cantidad de relojes inteligentes que vi en el MWC que, junto a las smart bands, fit y otros dispositivos wearables similares, interactúan las 24 horas con nuestro cuerpo y los móviles. A propósito, pese a los pronósticos, un reciente estudio de la consultora Strategy Analytics afirmó que por primera vez los relojes inteligentes se vendieron más que todos los relojes suizos. Durante 2015 se despacharon 8.1 millones de relojes con sistemas operativos (el 63% es del Watch de Apple) contra 7.9 suizos. Un dato a tener en cuenta.

Vuelvo a Barcelona. Otro punto para diferenciarse entre sí es que las compañías suelen recurrir a distintos tipos de acuerdos con otros marcas de prestigio. En el Mobile, LG presentó su sociedad con la danesa Bang & Olufsen para que sus nuevos modelos tengan sonido en alta definición. Mostraron también sus (muy buenos) auriculares H3. El presidente Juno Cho, dijo que la empresa seguirá desarrollando nuevas colaboraciones con otras marcas para definir nuevos estándares de innovación. Y otro partnership más: la legendaria alemana Leica y el gigante chino Huawei unirán fuerzas para desarrollar tecnología para fotografía en smartphones. Por todo esto que menciono, vivimos un MWC repleto de palabras que hasta ahora no tenían relación directa con las que se acostumbraba a ver en este evento: El Internet de las Cosas, pagos electrónicos, wearables, autos autónomos, realidad virtual, robots, ciudades y relojes inteligentes y varias más.

En cuanto a los celulares y su posible meseta (algunos hablan de estancamiento, yo no sería tan drástico), volveremos a hablar de innovación real cuando las baterías lleguen al final del día sin tener que recurrir a esos odiosos cargadores portátiles. Sin dudas, unos de los verdaderos protagonistas durante los cuatro días en Barcelona.

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