Hay una cuenta en TikTok que es famosa por retratar escenas cargadas de alcohol, traición y violencia con ternurines y recientemente está enfrentando una demanda federal por parte de la empresa japonesa Epoch Company Ltd., fabricante de estos muñecos adorables, conocidos globalmente como Sylvanian Families.
Quien se encuentra detrás de esta famosa cuenta SYLVANIANNDRAMA es Thea Von Engelbrechten, quien ha ganado millones de visualizaciones recreando historias tipo telenovela con los tiernos animales antropomórficos. Sin embargo, para la marca propietaria, el contenido ha cruzado la línea.
Para la compañía estos videos manchan la imagen que han logrado construir desde su fundación, pues el uso de su identidad son “anti-familiares” y va en contra de sus valores y preservación de una actitud positiva y limpia. También, declaran que es una violación a los derechos de autor y acusan a la influencer de lucrar con sus productos sin permiso previo.
La empresa está pidiendo dinero
Son hasta 150,000 dólares por cada video que infrinja sus derechos de autor, además de todas las ganancias económicas que ella haya obtenido por monetizar su contenido. Increíble, ojalá pueda pagarlo si pierde la demanda, pues tristemente el juicio ya fue admitido en un tribunal federal de Nueva York. Aunque la demanda fue presentada el pasado 7 de abril, Von Engelbrechten tiene hasta el 8 de agosto para responder. La audiencia preliminar está agendada para el 14 de agosto.
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Por su parte, Von Engelbrechten, obviamente ha defendido su trabajo bajo el argumento del uso legítimo, pues es una figura legal en Estados Unidos que permite usos de ciertas obras registradas con fines de crítica, comentario o parodia. Su postura se basa en eso, que su contenido es una sátira, que aborda temas reales que muchos jóvenes se sienten identificados, como la inseguridad social, emocional, las relaciones tóxicas y el abuso.
¿Libertad creativa?
Este caso es curioso, pues pone en puerta el debate entre la libertad creativa y protección de propiedad intelectual en tipos de redes sociales. Porque, ¿realmente una marca puede controlar todos los contextos en los que aparece su producto? Y aunque la parodia tenga un uso “indebido”, muchos internautas opinan que en manos del consumidor muchos productos se recontextualizan y más cuando los icónos que fueron la infancia de los ahora adultos se vuelven a poner de moda.
Es claro que la empresa se siente amenazada ante el contexto de los videos, pues Epoch Company subraya que este daño es irreparable a la reputación y buena voluntad de la marca, porque se ha logrado retratar temas muy alejados de los valores familiares que promueven. ¿Y en que se basan para declarar esto? Los millones de seguidores y visualizaciones que la cuenta ha logrado, además de, colaboraciones significativas con marcas importantes.
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