Luego de numerosas filtraciones de un supuesto juego de Super Mario desarrollado por Ubisoft, la mayoría de la gente en internet ya lo odiaba sin siquiera haberse anunciado oficialmente. Las imágenes en baja resolución mostraban al plomero más famoso de todos los tiempos cargando una pistola —algo nunca antes visto— y se embarcaba en una aventura con los Rabbids, las molestas mascotas no oficiales de Ubisoft que tanto dinero les han dado —sí, yo también odio a los Rabbids–. Pudimos ver que algunos Rabbids estaban disfrazados de personajes de Nintendo, como Luigi o Peach, esta última cargaba su celular con ella y no dejaba de tomarse selfies. El desprecio parecía cada vez más justificado.
Ubisoft mantuvo el silencio. Luego vino el E3.
La compañía francesa decidió iniciar su conferencia con una bomba mediática: Shigeru Miyamoto estaba en el escenario, presentando el más reciente juego de Mario, el personaje que creó hace más de 30 años. No es usual que Nintendo preste sus personajes, por lo que Yves Guillemot —presidente de Ubisoft— se notaba emocionado y la audiencia intrigada. Miyamoto habló de Davide Soliani, el director creativo italiano detrás de lo que hoy se llama Mario + Rabbids: Kingdom Battle, un juego de estrategia por turnos que es más XCOM y menos Super Mario RPG. Miyamoto explicó que aceptaría un juego de Mario hecho por Ubisoft si evitaban hacer énfasis en los saltos de Mario —esa es la especialidad de Nintendo–. Corte a: el juego se ve hermoso, Soliani luchaba por evitar las lágrimas y en un instante la comunidad de internet, ese monstruo que te hace o te destruye en milisegundos, pasó de detestar el juego a necesitarlo. No había visto una reacción tan negativa volverse tan positiva desde The Legend of Zelda: The Wind Waker.
– Desarrolla: Ubisoft Paris, Ubisoft Milan
– Publica: Ubisoft
– Plataforma: Nintendo Switch
– Fecha de estreno: 29 de agosto
Dos universos reunidos
Como era de esperarse, la historia de este Super Mario tampoco es complicada: un portal gigante lleva a los Rabbids al Mushroom Kingdom y ambos universos se mezclan de formas extrañas. Algunos Rabbids son amigos de nuestros héroes, otros crean alianzas con Bowser Jr. y la mayoría son simplemente unos idiotas. Hay un claro énfasis en la comedia visual, que no siempre funciona pero sí la mayoría de las veces. Si eres como yo y te alejas de los Rabbids cada que puedes, tengo algo que decirte: este juego me enseñó a convivir con ellos. No me malinterpreten, no los amo, pero sí los aprecio más.
Mario+Rabbids tiene un estilo fenomenal. Los modelos 3D, texturas y colorimetría son vibrantes, a la altura de un juego de Mario hecho por Nintendo. Atravesar el mapa es divertido aun si no ofrece mucha jugabilidad, aunque tiene el defecto de que la perspectiva isométrica puede dificultar de más el entrar a ciertas tuberías.
El juego avanza por turnos y tu misión es mover a tu equipo de tres héroes (de entre una selección de ocho personajes) en cuadrículas, atacar y defender con tal de exterminar a los rivales o solo llegar a determinada área sano y salvo. Generalmente sería un género complicado de entender, pero Ubisoft hizo lo que Nintendo suele hacer con maestría: quitó todo lo que sobra hasta que solo dejó lo más divertido. Cualquier persona, incluso aquellos que jamás tocan los juegos de estrategia, tendrá una gran idea de qué puede hacer y cómo en Mario+Rabbids: Kingdom Battle.
Las batallas son fantásticas. El juego ofrece navegar cada campo de batalla antes de iniciarlas para escudriñar una estrategia, elegir un lado del escenario para concentrar a tus personajes, atacar un enemigo en particular o encontrar los puntos más seguros de cada cuadrícula. Las acciones de cada personaje (moverse, disparar, etcétera) se pueden hacer en el orden que desees, lo que abre un árbol de posibilidades enorme, pero siempre te hace sentir bajo control. Cada personaje tiene estadísticas distintas y una habilidad especial que puede usar cada cierto número de turnos, y estas pueden marcar la diferencia entre la derrota y la victoria. Por ejemplo: Mario puede disparar una vez durante el turno del enemigo si este se adentra al rango de ataque. La cámara se puede mover en casi todo momento, pero el juego también la modifica dinámicamente durante varias secuencias que nutren visualmente cada enfrentamiento. Además, cada turno de los enemigos puede acelerarse, lo que elimina el tedio de esperar tu siguiente movimiento.
Las monedas, otro elemento clásico de Super Mario, aparecen en este juego. Se consiguen ganando batallas y se usan para comprar armas, pero siento que te dan menos de las que deberían porque las armas pueden ser muy costosas. Lo más extraño es que es habitual encontrar armas poderosas y gratuitas en cofres escondidos que te hacen preguntarte por qué habrías de gastar las que te dan. No arruina el juego, pero siento que este concepto pudo ejecutarse de mejor forma.
Las primeras horas de juego son un tutorial extenso, no pesado, que muestra nuevas mecánicas en prácticamente cada batalla. Desafortunadamente, las batallas de los primeros dos mundos no son nada complicadas, lo que puede crear una idea errónea y hacerle pensar a más de uno que Mario+Rabbids es un juego solo para niños. Las batallas, además, ofrecen la opción de jugarse en Modo Fácil, donde tu equipo recupera vida y los enemigos son más sencillos de derrotar. Es en mi opinión una mejor solución que la que ofreció Nintendo en Donkey Kong Country: Tropical Freeze, donde la inteligencia artificial pasaba un nivel por ti si así lo decidías.
Entre batalla y batalla podrás cruzar mapas lineales que ofrecen un poquito de exploración que homenajea a la serie de Super Mario: hay cofres que desbloquean piezas del museo virtual que el juego incluye y tiene cierta similitud con lo que Sora Sakurai ha creado en la serie de Super Smash Bros. También está el reto de conseguir las ocho monedas rojas en determinado tiempo y los escenarios no dejan de mostrarnos cosas a dónde mirar, ya sean Rabbids haciendo tonterías o ejemplos visuales de la mezcla de ambos universos. Cada sección del mapa tiene algo diferente y los valores de producción son tan altos como los de Nintendo. Se nota, por cursi que suene, que cada personaje y cada escenario fueron hechos con amor y cuidado.
Además de la campaña, el juego incluye retos y un limitado juego cooperativo. No es que estén mal, pero es evidente que el plato fuerte es la campaña para un solo jugador. El título cuenta con un pase de temporada de 20 dólares que ofrece, al día de hoy, ocho armas exclusivas, aunque en un futuro permitirá la descarga de más retos, mapas cooperativos y misiones del modo de historia. Si terminas el juego y aún quieres más, ahí está.
Mejor de lo esperado
Al final, quién lo hubiera imaginado, Ubisoft se encargó de hacer un juego de Mario con la calidad que hasta hace poco creímos solo Nintendo podría. El resultado es tan satisfactorio que es sin duda un juego que los dueños de un Nintendo Switch deben tener y estoy seguro no soy el único que desea que sean Davide Soliani y su equipo los que desarrollen Super Mario RPG 2 —al que apoye la idea, puede decírselo aquí.
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