- La transición entre modos es natural
- Juegos de consola casera para llevar
- Una consola versátil
- Como plataforma se siente atrasada
- Conectarla al dock no mejora su capacidad de procesamiento
Entre Parentesis
Nintendo Switch logra diluir la línea separatoria entre lo que es posible en una consola casera y en una portátil. La transición entre sus tres distintos modos de juego ocurre con naturalidad, pero como plataforma se siente anacrónica. Su concepto está bien definido, pero su futuro todavía es incierto.
Switch es una consola de videojuegos única, con un concepto central brillantemente ejecutado. Puede ser una poderosa consola portátil donde puede jugarse The Legend of Zelda: Breath of the Wild, pero también una consola casera –completamente al estilo Nintendo– donde se puede jugar exactamente el mismo juego de forma más cómoda. ¿Logrará Nintendo Switch convertirse en una consola tan exitosa como el Wii o será un fracaso como el Wii U? ¿Es Nintendo Switch un paso hacia el futuro o es, al menos ahora mismo, una consola anacrónica?
Entre el Wii y el Wii U
Nintendo Switch engloba varias de las ideas que Nintendo probó en los últimos años y que resultaron en éxitos o fracasos. La más evidente está en el diseño del Switch: retoma la idea del Gamepad del Wii U, aquel control que parecía una mezcla entre una tableta y un control de videojuegos. Sin embargo, esta vez el concepto logra sentido. La tableta puede utilizarse como una auténtica consola portátil. Luego están los controles Joy-Con, que pueden adaptarse o desprenderse de la tableta para utilizarlos de distintos modos.
Los Joy-Con son el auténtico elemento estrella del Nintendo Switch. Sin ellos no sería posible la experiencia de transformarla en una consola portátil y casera con una acción tan engorrosa como conectar y desconectar algo. El concepto central del Nintendo Switch, utilizarla como una consola que se transforma y se adapta a distintas situaciones, se ejecuta de forma brillante. La transición se siente natural.
Debido a esta versatilidad creo que el Nintendo Switch se presta a múltiples valoraciones. Como consola portátil pienso que la experiencia es una de las mejores que he probado en mi vida. Aunque tiene defectos como un tiempo de batería relativamente corto –me parece más grave que la batería tarde en cargarse lo mismo que tarda en descargarse–, falta de conexión a internet móvil o la imposibilidad de añadirle una correa que evite que termine en el suelo cuando el camión de el frenón, sigo sin creer que pueda jugar en la calle un juego que normalmente solo podría jugar frente a una televisión.
Lástima que al utilizar Nintendo Switch como consola casera sus carancias se acentúen. Creo que Nintendo vive en un anacronismo sin sentido. ¿Por qué es imposible realizar un respaldo de mi partida de juego? Y no hablo de respaldar mi partida en la nube como hago con mi Xbox One o un poco a los tumbos con mi PlayStation 4, sino simplemente poder guardar mi partida de Zelda en una tarjeta microSD. Y ni hablar de tener mis juegos en más de un Nintendo Switch o claridad sobre cuál será la oferta de juego en línea. Hoy Nintendo Switch se siente más cercana al Wii U que al PlayStation 4 y Xbox One, y no estoy hablando de un asunto de fidelidad gráfica.
También pienso que como consola casera más pronto que tarde Nintendo Switch se sentirá desfasada. Si bien creo que Nintendo nunca deseó hacer de Switch una consola a la altura técnica del PS4 o Xbox One, creo que en un par de años comenzará a ser notorios que los fierros nomás no le dan. Varios pensamos que el dock del Switch sería eso que describía la patente que inundó medios especializados: una extensión del CPU de la consola. Probablemente Nintendo presentará un accesorio similar en los próximos meses.
Switch también puede utilizarse como una consola semiportátil. Jugué 1-2 Switch en compañía de varios de mis compañeros de trabajo y sentí más o menos la misma curiosidad que cuando vi a un montón de personas reunirse alrededor de un Wii mientras veían Wii Sports. Esta forma de utilizar Switch tiene muchísimo potencial, especialmente con juegos con un auténtico espíritu multijugador (1-2 Switch solo es un tech demo), como Mario Kart 8 Deluxe y Splatoon 2, que estarán próximamente en la consola.
Sin embargo, estos tres modos de juego en conjunto hacen del Nintendo Switch una consola sumamente versátil y con una propuesta bien definida: tendrás prácticamente la misma experiencia sin importar si la usas en tu casa o en el camión. Es muy entendible.
Y en torno a los defectos de la consola que han sido documentados en varios videos publicados en internet y redes sociales, puedo decir que no experimenté ninguna falla de hardware. La consola nunca se me trabó y no padecí de problemas de conexión con los Joy-Con. Sin embargo, sí puedo confirmar que la pantalla de la consola se raya al conectarla al dock. Si bien los rayones son tenues, me parece que la consola tiene un problema de diseño grave, pues se daña realizando un acción que forma parte de su concepto base.
Un camino propio
Como conclusión, debo decir que Nintendo Switch es una consola con una propuesta llamativa y única ejecutada brillantemente. Sin embargo, hoy Switch se siente como una consola anacrónica, más cercana al Wii U que al PlayStation 4 o Xbox One en cuanto a funciones y experiencia en línea. Espero que en los próximos meses Nintendo realice modificaciones que hagan que Switch se sienta como una consola moderna. Y en torno a si vale la pena comprarla ahora mismo, diría a los jugadores entusiastas de Nintendo que Switch no los defraudará porque el concepto base se ejecuta de forma brillante y Zelda es un videojuego increíble – que también podrían jugar en Wii U–. Del otro lado, a los jugadores curiosos les diría que Switch será una experiencia versátil, distinta a la que brindan las consolas de Sony y Microsoft. De nuevo, Nintendo sigue un camino propio y esta vez la dirección parece clara.
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