El Auditorio BlackBerry dio lugar a Ambience, perteneciente a la 14 edición del festival MUTEK, que se celebró el pasado noviembre en México.
Ambience fue uno de los tres eventos más importantes que este año se presentaron y albergó a tres grandes exponentes de la electrónica experimental: The Orb, Tim Hecker y Rafael Anton Irisarri.
Sin duda, fue un viaje lleno de emociones de principio a fin; cada uno de los exponentes agudizaba nuestros sentidos e iba guiándonos a través de los sonidos y del juego de luces, donde, por momentos, pasamos de estar en completa oscuridad, sin nada más que el sonido de los sintetizadores, a ser testigos de una bella cascada de luz.
El conjunto de los elementos era mágico; podía sentirse en el ambiente cómo no existía relación entre el espacio y el tiempo, y cómo el público pasaba de un estado de introspección a ser transportado a universos infinitos e inimaginables.
Se podía percibir un contexto de conexión absoluto, gracias a la manera en que cada artista jugó con nuestros sentidos.
El escenario estaba montado en medio del recinto, y hubo un manejo completo del mismo, por lo que fue una experiencia única, en la que se tenía una perspectiva completa de lo que estaba ocurriendo.
La noche comenzó con el acto de Rafael Anton Irisarri, artista multidisciplinario, curador y productor de Nueva York. Su estilo se basó en estéticas ambientales más allá de lo digital y lo cinemático, que, junto a un escenario lleno de halos de luz color rojo, fortalecieron su presentación.
Tim Hecker, compositor, productor y multiinstrumentista canadiense, presentó un estilo noise pesado, acompañado de un ambiente melancólico que fue guía para nuestra imaginación e intensificó nuestros sentidos.
El momento más esperado de la noche estuvo a cargo del dúo compuesto por el Dr Alex Paterson y Thomas Fehlmann. The Orb presenta un estilo de música ambient crepuscular que es capaz de llevar, en tan solo segundos, desde el inicio hasta el fin del mundo. El escenario, acompañado de bellas flores al frente, y una hermosa cascada llena de colores brillantes dieron el gran final a una de las noches más esperadas de MUTEK.