Quizás suena a ciencia ficción, pero, en realidad, desde hace mucho tiempo los astrónomos han buscado la manera de contactar con seres extraterrestres, a través del envío de mensajes al espacio.
El mensaje más reciente que se dirigió a posibles formas de vida extraterrestre fue creado en 1974, por el reconocido Carl Sagan, y se envió desde el telescopio Arecibo, de Puerto Rico. Y aunque hasta ahora no ha habido respuesta, los científicos no han perdido la esperanza de obtenerla algún día.
Así, ahora se enviará un nuevo mensaje, titulado “Faro en la Galaxia”(“Beacon in the Galaxy”, en inglés), el cual fue desarrollado por Jonathan Jiang, científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), junto con su equipo de trabajo en la agencia espacial.
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El nuevo mensaje está escrito en código binario y consta de 13 páginas, las cuales contienen aproximadamente 204 mil dígitos binarios efectivos, o 25 mil 500 bytes. Se eligió el código binario porque éste es la forma más sencilla de las matemáticas, por lo que se piensa que sería lo más fácilmente comprensible para los seres extraterrestres dotados de una inteligencia similar a la humana.
El mensaje incluye conceptos matemáticos y físicos básicos, información sobre la composición bioquímica de la vida en la Tierra, incluyendo la tabla periódica de los elementos; así como la composición química y anatómica de los seres humanos, junto con la estructura del ADN humano e imágenes digitalizadas de la forma humana.
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Este mensaje, que está ideado para transmitirse a extraterrestres inteligentes que habiten en la Vía Láctea, cuenta con una invitación a los extraterrestres para que respondan de la misma manera y así iniciar una conversación interestelar; para ello, incluye la frecuencia de radio utilizada. Además, lleva un mapa con las coordenadas exactas de la ubicación de la Tierra en la Vía Láctea.
Al respecto, algunos expertos han advertido que dar a conocer tanto la composición de la vida en la Tierra, el genoma humano y la ubicación exacta del planeta podría ser riesgoso, ya que no se sabe cómo puedan ser las formas de vida que pudieran existir en el universo; y esta información podría convertirse en una invitación para que una especie potencialmente hostil causara daños en la Tierra.
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Jiang y su equipo de investigadores han reconocido este riesgo, sin embargo, confían en que, de existir, los extraterrestres que pusieran descifrar el mensaje no sean especies agresivas ni bélicas.
El equipo de la NASA que creó el mensaje propone que para el envío del mismo se utilicen el radiotelescopio esférico de quinientos metros de apertura (FAST), que se encuentra en China, o el conjunto de telescopios Allen, del Instituto SETI, ubicado en el norte de California.
Además de la NASA, otras instituciones que participan en este proyecto son el Instituto SETI, la Universidad de Cambridge y la Universidad Normal de Pekín, entre otras.
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