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Cubrebocas KN95, N95, KF94, quirúrgico, de tela… ¿Cuál es mejor usar?


Conoce las diferencias entre los diferentes tipos de cubrebocas y su efectividad frente al virus de la Covid-19, en especial ante la variante ómicron.

por: Redacción Paréntesis Redacción Paréntesis

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Los cubrebocas se han vuelto parte de nuestro día a día; y ahora, ante la aparición de la variante ómicron, que es considerablemente más contagiosa que las anteriores, es importante mantener el uso de la mascarilla y es necesario conocer la efectividad de los distintos tipos que existen en el mercado, para así elegir el más adecuado para cada situación

 

La especialista Sandra Rodil Posada, del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, explica que la diferencia entre los cubrebocas que brindan una mayor protección, como los KN95, N95, KF94, es la norma de certificación: KN95 es la certificación de origen chino, KF son de Corea y las N son de Estados Unidos. En México también se usa la N, que es la norma mexicana, mientras que los europeos son los que llevan las letras FFP.

 

“Las normas son muy similares y miden qué tanto el cubrebocas o el material filtrante puede atrapar partículas en un intervalo cercano al tamaño de los virus. Normalmente, se trabaja tres micras, que es el valor que se reporta por lo general. Se utilizan partículas que sean de ese tamaño y se mide qué tan eficiente es para filtrarlas”, explica la especialista en materiales.

 

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Los siguientes son los principales tipos de cubrebocas que se pueden encontrar en el mercado, sus diferencias y niveles de efectividad ante el virus SARS-CoV-2, que ocasiona la Covid-19, y sus variantes.

 

FFP3

Son de origen europeo. Filtran las partículas, aerosoles líquidos y patógenos presentes en el aire inhalado, impidiendo que entren al organismo. Su efectividad en cuanto a capacidad de filtración de partículas es la más alta, con un 99 por ciento. Su uso se recomiena para personal de salud y hospitalario.

 

N95

El cubrebocas N95 está hecho en Estados Unidos y debe ser aprobado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH, por sus siglas en inglés). Esta mascarilla tiene una capacidad de filtración de partículas del 95 por ciento, y lo hacen a través de electricidad estática.

 

Debido a su alta efectividad y a que tienen un costo considerablemente mayor que el resto de los cubrebocas, su uso debería ser reservado para los trabajadores de la salud y personal hospitalario, ya que son quienes más están en contacto cercano con pacientes infectados.

 

KN95

Las mascarillas KN95 están reguladas por el gobierno chino. Su nivel de protección es el mismo que brinda el N95, con 95 por ciento de capacidad de filtrado.

 

Estos cubrebocas se recomiendan para trabajadores de la salud, para quienes se encargan de atender a pacientes con Covid-19 en casa o para quienes se encuentran en entornos con alto riesgo de contagio.

 

KF94

Es la versión coreana del N95; por su diseño, son algo así como un híbrido entre las N95 y los cubrebocas de tela, por lo que su uso puede resultar más cómodo. Cumplen con los estándares de Corea del Sur y la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) también las incluyó en la lista de máscaras faciales autorizadas para uso de emergencia. Su capacidad de filtrado de las partículas de aerosol es del 94 por ciento.

 

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FFP2

Es similar al FF3, también de origen europeo, pero con una capacidad de filtrado ligeramente menor. En este caso, su capacidad de filtración de partículas es del 92 por ciento.

 

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Cubrebocas de tela 

Muchas personas lo han usado a lo largo de la pandemia y tienen la ventaja de ser lavables, por lo que implican un menor gasto y también un menor impacto ambiental. Sin embargo, para que sean realmente efectivos para la prevención de contagios de Covid-19, es necesario que estén elaborados con tres capas de tela, de preferencia de poliéster, y que se usen en combinación con un filtro.  

 

Cuando las tres capas son de poliéster, la capacidad de filtrado de estos cubre bocas es de hasta 93%, mientras que al combinar materiales como licra, algodón y poliéster, la eficiencia se reduce a un 87%, de acuerdo con investigaciones realizadas por la UNAM.

 

Quirúrgico tricapa

Originalmente, estos cubrebocas están diseñados para su uso en entornos hospitalarios, para que el portador, ya sean doctores o enfermeras, no contaminen a los pacientes. Es decir, fueron creados más para proteger al quienes están alrededor, que a quien lo lleva puesto, por lo que son más efectivos para que quienes están contagiados no esparzan el virus. 

 

Estas mascarillas filtran bien de 3 micras hacia arriba y ayudan a bloquear la entrada y salida de gotas y salpicaduras que pueden contener virus y bacterias. Para que sean efectivos, se deben usar una sola vez y cambiarse cuando estén sucios o húmedos. No son lavables, pues al estar en contacto con agua y jabón pierden efectividad.

 

Quirúrgico de una sola capa

Este cubrebocas es uno de los que menor protección ofrecen y sólo se usan como medida de higiene en consultorios médicos y otras actividades como aquellas en las que se manipulan alimentos, para evitar contaminar el entorno con la propia saliva al hablar. No se recomienda su uso como medida de prevención contra la Covid-19.

 

Esponja, polipropileno o neopreno

Estos cubrebocas no ofrecen protección ante el virus causante de la Covid-19 y no tienen una capacidad de filtrado adecuada contra partículas muy pequeñas. Lo que sí hacen es retener las goticulas al hablar, toser o estornudar, por lo que pueden usarse al salir a caminar o ejercitarse en entornos donde esté asegurada la sana distancia; pero la recomendación es cambiarlos por otro tipo de cubrebocas con una buena capacidad de filtrado al estar en espacios concurridos o entrar en contacto con otras personas.

 

Cubrebocas con válvulas

Esta clase de cubrebocas protegen solamente a quien los usa pero no a los demás, ya que filtran las partículas del aire exterior al inhalar, pero permiten el escape de partículas a través de la válvula al exhalar. Por eso, incluso se les ha llamado "cubrebocas egoístas". Si la persona que trae una mascarilla de estas está enferma, de todos modos puede contagiar a quienes se encuentren a su alrededor, porque puede expulsar gotículas con el virus al exhalar.

 

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Pese a las diferencias entre estos tipos de mascarillas, tanto los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) como los especialistas médicos coinciden en que es mejor usar cualquier cubrebocas, que no usar ninguno.

 

Por lo tanto, recomiendan el uso de cualquier tipo de mascarilla (excepto las de válvulas, que sólo protegen al portador), siempre y cuando sea cómoda, se ajuste bien, se coloque de manera adecuada (cubriendo nariz y boca) y se cambie cada vez que sea necesario (cuando se ensucie o se humedezca, o después de un día de uso). 

 

Además, el cubrebocas debe elegirse según el riesgo de contagio que implique cada situación. Por ejemplo, si atiendes a una persona enferma o si viajas en transporte público a hora pico, necesitarás un mayor nivel de protección que si sales a pasear con tu perro guardando la sana distancia o si vas al súper en un horario poco concurrido.

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