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La tecnología de la F1 que llega a los autos de calle


Renault adapta la tecnología de las carreras a las necesidades de autos convencionales.

por: Redacción Paréntesis Redacción Paréntesis

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El principal objetivo del Gran Circo no es quién se lleva el trofeo o la celebración con champaña sino la prueba de la tecnología que eventualmente se irá colocando en los autos que vemos en las calles.

 

Las diferencias entre un auto de la F1 y uno convencional van más allá del diseño del chasis o de algo tan simple como el volante. Los monoplazas de la máxima categoría del automovilismo están conformados por alrededor de 80,000 piezas, esto por la precisión que implica su ensamblado.

 

Una de las principales tecnologías en los monoplazas y que ahora vemos en los autos de calles es la caja de cambio. Desde 1989, los cambios de velocidad de los monoplazas se realizan a través de levas en el volante. Este tipo de cambio fue pensado para que aquellas personas con movilidad limitada puedan conducir y sean mucho más autónomas, por lo que vino acompañado de la desaparición de la palanca de velocidades, dando entrada a la transmisión automática en los coches de calle.

 

 

La suspensión es otra tecnología adaptada a los autos convencionales, que a pesar de que en Formula 1 fue prohibida en 1993 para reducir costes y por el miedo que había al avance de la electrónica y su influencia sobre el pilotaje, hoy en día es utilizada en carros que usamos frecuentemente. 

 

Cabe señalar que la suspensión es necesaria para gestionar y controlar de forma independiente la amortiguación en cada una de las ruedas al conducir, de forma que éstas consigan el óptimo contacto con el suelo y con ello, la mejora en la estabilidad y adherencia del vehículo independientemente de las condiciones del piso por el que esté circulando.

 

Por último, una de las tecnologías más importantes en la F1 y en la calle es el motor. Hoy en día los monoplaza emplean motores de combustión interna de 1.6 litros, y la principal diferencia entre un motor de un monoplaza y el de un auto convencional es la potencia. 

 

El motor de un monoplaza opera a una velocidad de rotación muy alta, hasta 15,000 rpm, lo que genera una potencia mayor a la del motor de un coche común que no sobrepasa las 6,000 rpm. 

 

A pesar de estas diferencias, marcas como Renault han adaptado las tecnologías que conforman un auto de la máxima competencia, en un auto convencional. El claro ejemplo es Sandero R.S. el cual es un auténtico deportivo probado en las pistas diseñado para la ciudad.

 

 

Para este fin de semana, la Escudería Renault F1 pondrá a prueba sus monoplazas en la mítica pista de Silverstone. Para Nico Hulkenberg, este circuito es uno de los que más disfruta por sus pronunciadas curvas y su gran carga aerodinámica. Por otro lado, Daniel Ricciardo comenta que es un circuito especial debido a que fue donde debutó en la prueba reina en 2011.

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