El debate sobre el futuro de TikTok en Estados Unidos se intensifica tras la decisión de un tribunal de apelaciones de mantener una ley que exige la venta o prohibición de la aplicación para principios de 2025. TikTok argumentó que la ley viola la libertad de expresión de sus 170 millones de usuarios en el país, pero el tribunal determinó que se trata de una medida bipartidista destinada a abordar preocupaciones de seguridad nacional debido a los supuestos vínculos de ByteDance con el gobierno chino. TikTok, que niega estas acusaciones, llevará el caso al Tribunal Supremo.
En otras partes del mundo, países como India ya han implementado prohibiciones similares. En 2020, India prohibió TikTok y otras aplicaciones chinas, lo que impulsó el crecimiento de plataformas locales, pero también afectó a millones de creadores y negocios que dependían de la aplicación. Esto ofrece un precedente que ilustra los desafíos económicos y sociales de tales medidas. En Estados Unidos, rivales como Instagram y YouTube se posicionan para atraer a los usuarios de TikTok si el veto se hace efectivo, aunque replicar el sofisticado algoritmo de TikTok podría ser complicado.
La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales añade un elemento político al caso. Aunque durante su primer mandato intentó prohibir TikTok, ahora ha sugerido que podría oponerse a esta ley, programada para entrar en vigor justo después de su investidura en enero de 2025. Sin embargo, el fuerte consenso antichino en el Congreso podría dificultar que el nuevo presidente revierta la medida.
Este caso no solo afecta a TikTok, sino que plantea preguntas más amplias sobre la regulación de la tecnología, la soberanía de los datos y la libertad de expresión. Si el Tribunal Supremo confirma la prohibición, el fallo establecerá un precedente crucial para las empresas tecnológicas extranjeras en Estados Unidos y podría redefinir el panorama de las redes sociales y la economía digital global.