El servicio gratuito Google Translate,una de las inteligencias artificiales más utilizadas para la traducción rápida en el mundo, empieza a trabajar con ciento diez nuevos idiomas, por ejemplo, el “hunsrik” de Brasil, el “q’eqchi” de Belice o el “ta yol mam” de Guatemala.
En el caso de México, destaca la incorporación del náhuatl a esta herramienta de Google, una “macrolengua” con cerca de tres millones de hablantes en México, los Estados Unidos y Honduras, y que sirvió de manera vehicular en Mesoamérica o para la toltequidad.
Una iniciativa promovida y trabajada por Gabriela Salas Cabrera, una joven programadora de la Huasteca hidalguense, con la admirable vocación de contribuir a la sobrevivencia, sustentabilidad y desenvolvimiento equitativo de las lenguas indígenas amenazadas por la globalización, utilizando sus conocimientos en chat GPT y otras inteligencias artificiales:
Al ser consciente de que, de las doscientas cuarenta y ocho lenguas que había en el territorio mexicano, solo subsisten sesenta y ocho, resolví que había que hacer algo.
Como ingeniera, Salas también es consciente de estar ejemplificando otra forma de vida, con muchas más opciones, para las mujeres indígenas de la Huasteca, por ejemplo, de su localidad de origen Puerto del Caballo, entre Hidalgo y San Luis Potosí. Si antes todas estaban destinadas solo a las labores del hogar, acortar la brecha de género con trabajo y talento es una manera más de promover que otras lleguen a convertirse en profesionistas:
Las mujeres con las que crecí saben que uno de mis sueños es impulsar a más mujeres y niñas indígenas hacia la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
El filósofo y pedagogo brasileño Paulo Freire definía “colonización” como penetrar culturalmente una visión del mundo. Conforme esta mentalidad invasiva avanza y se hace más intensa, la sociedad invadida reprime su creatividad, hasta un extremo en el que sus miembros llegan a creerse inferiores, meros y malos derivados. Hablar desde una lengua originaria es una manera de volver a hablar del mundo desaparecido con sus propios sonidos y espacios.
Para que la inteligencia artificial de Google pudiera realizar traducciones inmediatas del y al náhuatl, Salas recabó una enorme base de datos basándose en códices, libros, cuentos y todo tipo de documentos en este idioma. También debió realizar el tedioso trabajo de trascribir los guiones de fuentes audiovisuales o las palabras de algunos textos iconográficos:
Yo tenía la base de datos desde hace unos dos años y estuve mejorándola durante ese tiempo. La tecnología actual me permitió encontrar más bases, lo que hizo crecer la mía.
El mayor problema para Salas fue conseguir que el náhuatl utilizado por el traductor de Google fuera comprensible para sus entre veinte y treinta variantes. Por ejemplo, la propia ingeniera es hablante de la versión náhuatl hidalguense y potosina de la Huasteca.
Este maravilloso esfuerzo de Salas responde a una preocupación genuina por diversas problemáticas humanas, desarrollando con sensibilidad innovaciones prácticas:
También estoy trabajando con inteligencia artificial en la detección temprana de leucemia en varones, porque donde vivo hay muchos casos de esta enfermedad, y en casos de depresión en jóvenes, porque ellos son el futuro del país.