Los científicos lograron observar la roca con mayor detalle, a una resolución de unos 30 kilómetros por píxel, utilizando la potencia combinada de las 66 antenas de radio del observatorio Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), ubicado en Chile.
Antes de la misión, un equipo de investigadores planetarios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y de otros centros de investigación, presentó en un artículo, publicado en la revista Journal of Geophysical Research: Planets, los mapas más detallados hasta la fecha de la superficie del asteroide, basados en observaciones hechas por un gran conjunto de telescopios terrestres en el norte de Chile.
El trabajo da a conocer vastas regiones ricas en metales que se extienden por la superficie del asteroide, junto con una gran depresión que parece tener una textura superficial diferente entre el interior y su borde; esta diferencia podría reflejar un cráter lleno de arena más fina y rodeado de materiales más rocosos.
Con este logro, se conoce un poco más de la historia del asteroide, llamado así por la diosa Psique de la mitología grecolatina. Sus regiones rocosas podrían ser huellas de un antiguo manto –de composición similar a la capa rocosa más externa de la Tierra, Marte y el asteroide Vesta– o la huella de viejos impactos de rocas espaciales.
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Los cráteres que contienen material metálico apoyan la idea propuesta por estudios anteriores de que el asteroide pudo haber experimentado erupciones tempranas de lava metálica al enfriarse su antiguo núcleo.
La NASA enviará una sonda espacial para estudiar a Psyche, considerado la mina de oro espacial, por lo cual, los mapas recién diseñados valen más de 10 trillones de dólares, porque confirman que el asteroide es rico en minerales.
