El próximo gran paso de Netflix no estaría en lanzar una nueva serie o película, sino en ser dueño de sus propias salas de cine para proyectar todas sus producciones, sobre todo largometrajes y documentales, de acuerdo con información de Los Angeles Times.
Los directivos de la compañía con sede en Los Gatos, California, exploraron comprar a Landmark Theatres, que tiene sus oficinas centrales en Los Ángeles, Estados Unidos, pero se retractaron de la idea porque creían que el precio de la venta era demasiado alto, de acuerdo con las fuentes de la publicación.
De adquirir esa cadena de cines o cualquier otro circuito, marcaría una nueva etapa para Netflix, al convertirse en uno de los principales jugadores en la industria del cine y del entretenimiento. Y sería una buena jugada en contra de sus competidores y enemigos declarados.
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La compañía –que cuenta con 125 millones de suscriptores en todo el mundo– ha tenido choques nada agradables con cadenas de cines, cineastas y con los festivales de cine más prestigiosos del mundo.
En este mes, los dirigentes de Netflix dijeron que no asistirían al Festival de Cannes 2018, ya que el comité de éste decidió prohibir sus películas. El año pasado, la plataforma de video en streaming tuvo presencia en la competición con filmes como Okja y The Meyerowitz Stories.
A finales de marzo, según The Mercury News, Steven Spielberg dijo que las películas de Netflix no merecen participar en los Premios Óscar, pues consideró que eran inferiores y que, en todo caso, deberían recibir Premios Emmy.
Sin embargo, el público no opina lo mismo. Las producciones de la firma encabezada por Reed Hastings han sido bien recibidas por más de 100 países. Además, tiene pensado invertir, este año, 8 mil millones de dólares en la producción de nuevos contenidos.
Los Angeles Times afirma que Netflix ha cambiado drásticamente la industria de la televisión y el cine, al superar al cine tradicional y a los servicios de cable.