Debido a la sensibilidad de la información que corre por las oficinas de Netflix, en Los Gatos, California, hay pocos espacios abiertos a las miradas externas. Uno de ellos, mostrado por primera vez a los periodistas, es su Mobile Automation Lab.
Se trata de un cuarto frío, como el refrigerador de carnes de un restaurante, y en algo se parece. Al entrar, la mayor parte del espacio es ocupado por una serie de cajas estampadas con personajes de las series originales de Netflix, y dentro, hay infinidad de celulares y tablets con iOS, Android y Windows, encendidas y conectadas a la corriente.
Estos “refrigeradores” deben mantener a baja temperatura los móviles en constante funcionamiento, pues forman parte de un proceso crucial para que Netflix garantice la calidad de su servicio en todo el mundo. Todo el día, estos celulares están transmitiendo contenido de la plataforma, pero cada uno bajo circunstancias diferentes.
El Mobile Automation Lab también almacena diversas antenas capaces de emular las condiciones de conexión en cualquiera de los 190 países en los que Netflix tiene presencia. Así, puede probar la calidad del streaming con un plan básico de datos celulares de Colombia, o con el mejor Wi-Fi de la India, por poner ejemplos.
La misión del gigante del streaming, resumida en el precepto “Netflix para todos”, es que cualquiera pueda disfrutar de sus series y películas sin importar el dispositivo o calidad de conexión a Internet. Sin embargo, garantizar esto recae en buena parte sobre el trabajo de codificación de video tras bambalinas.
Nota relacionada: #NetflixLabs: ‘Hacer lo nuestro y hacerlo bien’
La directora de algoritmos de video, Anne Aaron, explica que lograr esto ha sido producto de numerosas mejoras realizadas a través de los años. Hoy, Netflix entrega una calidad de video que describen como “disfrutable”, a una tasa de 270 kbps.
En otras palabras, con un plan de datos de 4GB, podrían disfrutarse 26 horas continuas de contenido, gracias a la codificación que Aaron llama “cuadro por cuadro”. Esto es, en lugar de codificar todo un episodio de una serie o fragmentos del mismo uno por uno, cada imagen es procesada de manera individual para mantener una calidad óptima, independiente de la complejidad de la misma.
Esto es otra manifestación del principio “local, personal y global” de Netflix. Local, para tener acceso en cualquier país, idioma y dispositivo. Personal, en cuanto a optimizar la experiencia en la plataforma para cada individuo, según sus hábitos y preferencias; y global para que creadores y suscriptores de todo el mundo conecten por sus contenidos.