‘Black Mirror’ (temporada 4): el espejo pierde brillo

Es un hecho que gracias a Black Mirror, Charlie Brooker ha revitalizado la ciencia ficción entre el gran público. La popular serie, en su capacidad de presentarnos escenarios perturbadores, nos ha hecho cuestionar nuestra relación como humanidad con la tecnología.

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Esta nueva antología de distopías escritas por Brooker, segunda bajo el control de Netflix tras adquirir la serie a Channel 4, todavía mantiene ese poder de confrontarnos con lo peor de nosotros mismos. Sin embargo, hay que reconocer que no es tan efectiva por una sencilla razón: pueden cambiar los gadgets, pero los conceptos explorados por los seis nuevos episodios son, en esencia, unos que ya hemos visto antes.

De hecho, sorprende que la mayor parte de la cuarta entrega gire alrededor de los implantes neurales en alguna capacidad, recurso que ha sido empleado por la serie británica en un episodio por temporada (Toda tu historia, de la primera, el más notable, sin duda), cuando menos.

Tampoco puede hablarse de una falta de creatividad, ya que después de todo, Brooker nos presenta situaciones distintas, cuyo fundamento sigue siendo la intervención de la memoria, la percepción y la conciencia a través del desarrollo tecnológico. Black Mirror podrá percibirse demasiado familiar en esta ocasión, pero al mismo tiempo, nos recuerda la diversidad de (catastróficas) posibilidades de un desarrollo científico desmedido.

Por fortuna, ante la familiaridad, también hay algunos riesgos, y sin duda el primer episodio de la temporada es el mayor de ellos. "USS Callister" bien podrá parecer una mera sátira de Star Trek, carente de cualquier miedo por abrazar todas sus excentricidades. Más allá, sin embargo, puede leerse a este episodio como una crítica a la cultura de los videojuegos de rol multijugador masivos en línea (MMORPG, por sus siglas en inglés), así como a la representación racial y de género inequitativa en la cultura pop. Todo esto, aun si repite elementos de "San Junípero" o "Partida", ambos episodios de la temporada previa.

No todos los episodios subsecuentes son igual de ambiciosos, aunque, de nuevo, la vara de innovación para Black Mirror sigue estando en otro nivel. "Arkangel", la sonada colaboración con Jodie Foster en la silla de directora, es una reimaginación del implante neural con almacenamiento de los recuerdos, pero aplicado a la relación de una obsesiva madre con su hija.

También el capítulo final, "Black Museum", sufre de esta reutilización de recursos narrativos ya vistos (y, de hecho, éste es el mayor culpable de caer en la autorreferencialidad). En su estructura de múltiples flashbacks dentro de un contexto de crímenes con sentencias y venganzas, sin duda recordará al especial de la segunda temporada, "Blanca Navidad".

Esta nueva temporada también destaca por tener uno de los episodios más inusuales en toda la existencia de Black Mirror, en cuanto a su relación más laxa con la crítica a la tecnología. "Metalhead", que también sobresale por haberse filmado en blanco y negro para enfatizar su mundo sombrío, parece más una historia de acción en la línea de Terminator que una reflexión sobre un exceso de confianza en la robótica y la inteligencia artificial. No por ello es un capítulo menos valioso, pues sin duda es uno de los más tensos en la temporada, aunque lo es por motivos distintos a los usuales.

Quizá uno de los logros más notorios de esta entrega es el de poner a las mujeres bajo el reflector de la ciencia ficción, algo que no se destaca lo suficiente aun en la época post-Ellen Ripley. Con la excepción del protagónico compartido en "Hang the DJ" (un futuro en el que una mezcla de Tinder y Facebook gobierna nuestras relaciones románticas), cada uno de los nuevos episodios es liderado por una mujer.

A pesar de la repetición, la cuarta temporada de Black Mirror logra ser refrescante en el ámbito de la representación, y hasta parece congratularse a sí misma con su primer episodio. Todavía es digna de nuestro tiempo y reflexión, pero Charlie Brooker tendrá que explorar nuevos horizontes si nos quiere de vuelta para su quinta antología.


Black Mirror (temporada 4)

Creación: Charlie Brooker

Reparto principal: Jesse Plemons, Cristin Milioti, Rosemarie DeWitt, Brenna Harding, Andrea Riseborough, Kiran Sonia Sawar, Georgina Campbell, Joe Cole, Maxine Peake, Douglas Hodge y Letitia Wright

Estreno: 29 de diciembre 2017

Plataforma: Netflix

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