¿Qué hay detrás de un Bugatti Veyron?


¿Qué harían con 1001 caballos? Y no, no hablo de un club hípico o una granja enorme, sino del coche jamás antes creado en la historia, una obra maestra de ingeniería tanto automotriz como de aeronáutica. Así es, se trata del Bugatti Veyron, tal vez  ya lo conozcan, pero ¿se imaginan cuánto trabajo costó producirlo? ¿Qué, aparte de su gran potencia, lo hace tan especial  que todos lo quisiéramos tener? O al menos que nos lo dejaran conducir, aunque la renta fuera de mil pesos la media hora.

Como bien dije son 1001 caballos de fuerza, casi el doble de caballaje que la mayoría de los súper deportivos, cinco veces más que la potencia de un auto convencional, y así alcanzar la extravagante velocidad máxima de 407 km/hr, imagínense nada más viajar a esa velocidad, más de la necesaria para hacer despejar a un avión.

Nota relacionada: Bugatti Veyron Ettore Bugatti, un auto de 1,200 caballos de fuerza.

¿Pero... cómo empezó este proyecto?

Poco más de 50 años después que Bugatti fabricara su último modelo y de que Volkswagen comprara los derechos de la marca, los ingenieros se propusieron un reto, construir lo que ahora conocemos como Bugatti Veyron, el primero de otros más que existen hoy en día. Se trataba de un gran reto además de caballaje y la potencia, tenía que ser un auto el cual pudiera ser una bestia en las pistas de carreras y un auto que también se pudiera conducir a marcha “lenta” por calles de la ciudad.

Les tomó cinco años a los ingenieros encontrar la respuesta de crear un motor gigante. Uno de 16 cilindros, acoplando dos motores V8, para crear uno nuevo llamado W16, que proporciona más caballos de fuerza y mayor aceleración que un auto de Nascar. Este motor fue creado y armado manualmente por un equipo de ocho especialistas en la Planta de VW en Salsgitter, Alemania.

El motor es elaborado con piezas de titanio sólido, un material que supondríamos ver en un avión y no en automóvil,donde normalmente se usa acero. Las piezas que componen dicho motor dan un total de 3500 partes, casi dos veces las requeridas en un motor convencional.

Una vez construido el motor, se lleva a prueba para llevarlo a sus máximas revoluciones, alcanzando los 1001 hp, y aunque no lo crean esa no es la cifra real; lo que realmente produce son 3000 HP, dos tercios de esta energía es calor, y para que se den una idea esta energía mantendría la calefacción de 100 hogares durante el invierno. Como fue tanta la temperatura tuvieron que rediseñar el sistema de escape. ¿Cómo? Simple, bueno simple para nosotros de explicarlo, difícil y laborioso para los ingenieros.

Se tuvo que construir un radiador a mano al igual que el motor y todo el interor, incluyendo vestiduras colocando 30 planchas separadas, soldándolas juntas, puliéndolas y comprobando a presión para asegurar que no existieran fugas, para construir un solo radiador se lleva un tiempo de 16 horas, y cada Bugatti Veyron tiene 10 radiadores.

Una vez construido el motor, se tuvo que fabricar una transmisión que le permitiera al auto acelerar sin pérdida de poder y llegar a los 298 km/h en 17 segundos sin perder potencia en cada cambio, cambiando de engranaje en 150 mili segundos, tiempo que hace tu ojo en parpadear. El secreto está en el uso de dos embragues acoplados en uno sólo, es decir una transmisión de doble embrague con dos ejes de entrada, uno para los pares y otro para los impares. Con esto los engranajes pueden ser accionados simultáneamente, el auto puede encontrarse acelerando en uno y tener el siguiente listo para actuar.

Un auto con velocidades tan extremas como el Bugatti Veyron, que llega a los 100 km/hr en 2.5 segundos, y una velocidad máxima de 407 km/hr, debe de frenar rápidamente, otro reto para los ingenieros. ¿Cómo hacer para frenar a este monstruo sin provocar una colisión?

Se crearon discos de freno hechos de carbono con la más alta tecnología, cerámica y titanio, cada disco es hecho a mano. Los frenos trabajan a temperaturas que alcanzan los 982 ºC, (los frenos normales dejan de trabajar a los 704ºC).




Pero los frenos no bastan para controlar todo el poder de la bestia; además de los frenos mecánicos en las llantas, se necesitó un freno de aire, es aquí donde entra el alerón, el cual provee la tercera parte del potencial de los frenos del Veyron, y en conjunto le toma menos de diez segundos en ir de la máxima velocidad hasta detenerse por completo.; 2.2 segundos si se viaja a 100 km/hr.

Otra pieza clave en el casi avión, son las llantas, Michelin fue la encargada de ellas, primeramente se habían construido dos, unas para pista y otras para calle, pero se quería que un solo set sirviera para ambos caminos, así que estas llantas deberían de ser especiales, como todas las piezas del auto, tardando en fabricarlas una hora cada una, cuando el promedio es de 30 segundos. Está claro que cada llanta pasa por una minuciosa revisión y no podía ser de otra forma si cada set  de llantas tiene un valor de 17 mil dólares, ahora que lo pienso el valor de sedán compacto promedio.

El Bugatti Veyron se inició en 2001 y se terminó en 2005, año en que se produjeron los únicos 300 que hay en todo el mundo. Se tardan de cuatro a cinco semanas desde el ensamblado del chasis hasta el acabado con el pulido y la entrega del vehículo, sumando el tiempo que se tardan en los frenos y motor. Cada Bugatti es probado y llevado a su máxima velocidad, recorriendo 6.4 km (un estadio de futbol americano) en sólo un segundo, pero gastando lo inimaginable en gasolina, en 12 minutos te acabas nada más y nada menos que más de 93 litros de combustible.

Lo que digo es que si tienes 1 millón 700 mil dólares para comprarte este vehículo, pues es obvio que tienes para la gasolina, así como los afortunados de Tom Cruise, Simon Cowell, Chris Brown, Tom Brady, Ralph Lauren, Lil Wayne, Cristiano Ronaldo, Flo Rida y Jay-Z, regalo de su esposita Beyonce, así sí se casan no?
 

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