Dentro del departamento de calidad de SEAT las piezas de los vehiÌculos se someten a temperaturas que oscilan entre los -40 y los 110 grados centiÌgrados, esto para “confirmar que los materiales no se deterioran ni con el friÌo ni con el calor”, comenta Rafael BoliÌvar, el ingeniero que estaÌ llevando a cabo el test.
No importa el tipo de clima al que se encuentre un SEAT, éste ya pasó las pruebas extremas, así que no hay problema si se encuentra en una zona costera. La marca española cuenta con una sala donde se recrean condiciones de salinidad y humedad similares a las de zonas mariÌtimas para “asegurar que si el coche estaÌ por un periÌodo prolongado a la intemperie, cerca del mar, sus piezas no sufran corrosioÌn”, anÌade Rafael.
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“Si el cliente vive en MeÌxico y el coche estaÌ expuesto diÌa tras diÌa al sol meridional, tenemos que asegurar que el color del auto no se degrade”. Para ello, las piezas se someten a la prueba del Xenotest: una instalacioÌn en la que se simula la luz solar y sus efectos. SeguÌn la posicioÌn que ocupan en el coche, las piezas permanecen entre una semana y cuatro meses. SEAT toma un total de 120 diÌas en los que se comprueba que el material no sufra un envejecimiento prematuro.
También, SEAT envía sus coches a lugares remotos con climas polares o zonas desérticas. Estos autos permanecen entre uno y dos años para asegurar que, ante cualquier condición climatológica, ninguna de sus piezas se deteriore.
“El sol de MeÌxico no es el mismo que el de paiÌses del norte de Europa como Alemania o Suecia; pero el comportamiento de los coches tiene que ser el mismo en cualquier circunstancia. EsteÌ donde esteÌ”, comenta Rafael.
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