Enmarcado por las hermosas playas de Punta Mita, Nayarit, Volkswagen presentó el Jetta 2015, que tiene algunos cambios en su diseño tanto interior como exterior, pues la actual generación del auto más popular de la armadora alemana en México, que en sus historia ha vendido más de un millón de unidades, se encuentra en la mitad de su ciclo de vida.
Así pues, los cambios más significativos pueden verse en los juego de luces: atrás ahora son más parecidas a las de un Audi, específicamente a las del A3 Cabriolet, y le confieren un look más europeo al Jetta; adelante ahora luce más robusto —acercándose más al Passat— y un poco más agresivo gracias a una nueva fascia y el rediseño de los faros de niebla, que dejaron de ser ovalados.
Vale mucho la pena resaltar el rediseño en la cajuela, ya que las líneas de ésta cambiaron para ofrecer más espacio de maniobra cuando se quieren meter objetos más grandes de lo normal, es decir, no es que tenga más espacio para guardar cosas, pero la forma cambio para que sea más fácil introducir cosas grandes.
En cuanto a motorizaciones no hay nada nuevo. La versión de entrada del Jetta equipa el longevo motor 2.0 de Volkswagen que ofrece 115 caballos de fuerza, mientras que las versiones Confortline, Trendline y Sportline cuentan con el motor de cinco cilindros y 2.5 litros con 170 caballos, finalmente la edición TDI tiene bajo el cofre un propulsor turbodiesel de 2.0 litros con 140 caballos de fuerza y 320 Nm de torque.
Para la prueba de manejo tuvimos la versión Sportline del nuevo Jetta (con el motor de 170 caballos de fuerza y con una caja automática Tiptronic de seis velocidades). En la sensación de manejo los cambios no son tan perceptibles, pero este Jetta es ligeramente más aerodinámico (10% menos resistente al aire), lo que se traduce en un manejo más estable y, quizá el aspecto más importante para los consumidores, en un consumo más eficiente de combustible. Como siempre, el Jetta se comporta bien, reacciona de forma adecuada y la cabina está hasta cierto bien aislada de los ruidos del exterior, quizá el único defecto que le encontramos fue que la caja automática tarda un poco en hacer los cambios cuando la usas en forma manual.
Lo que si cambia es la experiencia previa al manejo, pues a partir de la versión Trendline, el Jetta tiene botón de arranque de motor sin llave; mientras que la posibilidad de acceder al coche sin tocar el control remoto (Keyless Access) es exclusivo de las versiones Sportline y TDI.
Adentro también hay algunos cambios, uno de los más llamativos está en el volante, que ahora es más parecido al que se incluye en modelos como el GTI y tiene más controles (para la computadora de viaje, el audio e incluso control de crucero en algunas versiones); y en la consola, cuyo rediseño es mínimo, pero ahora tiene pantalla táctil en la que todo el sistema de audio es más visual, se puede ver información sobre el teléfono enlazado vía Bluetooth o se puede pedir, como paquete opciona, sistema de navegación con GPS.
Los materiales del nuevo Jetta son en general de buena calidad y llama la atención la inclusión de unos insertos tipo aluminio que le dan más vista a la cabina, una nueva palanca de velocidades forrada en piel —para la versión Sportline— y nuevo diseño de colores para la tela de los asientos.
El nuevo Jetta ya está disponible desde $229,900 pesos, en la versión de entrada, y puede llegar a los $356,940 en la edición TDI.
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