El espermatozoide más veloz no siempre gana

Aunque el nadador más rápido siempre gana la competencia olímpica, la velocidad no es suficiente para que un espermatozoide sea el primero en fecundar el óvulo. Científicos han desarrollado una prueba sencilla que separa los espermatozoides de primera calidad de los que tienen el ADN dañado.

En un estudio, aparecido en el número de Junio/Julio de la Journal of Andrology, investigadores de la Escuela de Medicina de Yale descubrieron que los espermatozoides no dañados incrementan su probabilidad de provocar embarazo en un 25%, aproximadamente. Y los embarazos desencadenados por estos espermatozoides podrían presentar menor incidencia de desórdenes genéticos.

Para desarrollar la prueba, los científicos dejan los espermatozoides libres y cerca de ácido hialurónico, una sustancia encontrada en la membrana de óvulos humanos. Los espermatozoides que se enlazan con el ácido fueron analizados y se descubrió que tenían cadenas sanas de ADN. Aquéllos que no pasaron por esta prueba, presentaron daños genéticos.

Este procedimiento podría cambiar el paradigma de la fertilidad masculina, pues hace énfasis en la calidad de los espermatozoides y no en su cantidad o velocidad.

La prueba puede ser crucial en la fertilización in vitro, en la cual los doctores inyectan un solo espermatozoide dentro de un óvulo, y la competencia de nado pasa a segundo término.

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