1.- Identificar. Primero es importante conocer las partes estructurales del lugar. Después hay que saber dónde están las instalaciones de luz (apagadores, contactos, focos, interruptor de seguridad), agua (cisternas, tuberías, regaderas, fregadero), sanitarias (WC, tuberías de aguas negras, coladeras, registros) y gas (estufa, calentador, cilindro o tanque estacionario).
2.- Monitorear. Hay que revisar si no hay fisuras o fracturas que comprometan la integridad del inmueble. Si la fisura es delgada y parcial, generalmente no es peligrosa. Sin embargo, si son muy grandes y van de un extremo al otro del muro, es otra historia.
Asimismo, hay que checar las instalaciones de agua, luz y gas no estén dañadas. Cerrar la llave del gas es importante para evitar alguna fuga; también hay que evitar sobrecargar las tomas eléctricas.
3.- Mantenimiento. Si encuentras daños es recomendable que lo repares cuanto antes. Acude a un especialista para las labores de construcción o remodelación.
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