En entrevista con The Washington Post sobre cómo la tecnología deepfake está siendo utilizada para recrear los rostros de mujeres en videos pornográficos (en los que obviamente no participaron), Scarlett Johansson dijo que intentar detener esta práctica es "una causa perdida".
La tecnología deepfake utiliza inteligencia artificial para colocar la cara de una persona en un video protagonizado por otra, o simular que está diciendo algo que no dijo. Tiene el prefijo deep porque utiliza aprendizaje profundo.
Aunque la aplicación todavía está en pañales y el resultado no se ve tan realista, es suficientemente agresiva para humillar a los objetivos. Por eso es que se está utilizando para hacer videos porno falsos de celebridades y videos porno de venganza. Cualquiera puede ser un blanco fácil.
De acuerdo con el artículo de The Washington Post, usuarios de chats privados pueden solicitar hacer este tipo de videos por incluso 20 dólares.
Johansson ha sido víctima de varias películas porno deepfake, y una que afirmaba ser una filtración auténtica ganó cerca de 1.5 millones de visitas en un sitio porno.
“Nadie puede detener el cortar y pegar mi imagen o la de cualquier otra persona a un cuerpo diferente y hacer que se vea muy realista”, explicó la actriz. “Intentar protegerte de Internet y su naturaleza depravada es una causa perdida”, glosó.
En el artículo del diario se rastreó una solicitud de un usuario que proporcionó 491 fotografías de una mujer para que otro realizara un vídeo deepfake. Muchas de las fotografías fueron tomadas de Facebook.
Por ahora, los videos deepfake están en el limbo legal, lo que hace difícil rastrear a los perpetradores y eliminar el contenido. Desgraciadamente, de acuerdo con el diario, incluso ese tipo de contenido podría estar protegido en Estados Unidos por el derecho a la libertad de expresión.
Sin embargo, se espera que puedan eliminarse al alegar difamación, fraude o robo de identidad.
Pornhub, Reddit, Discord y Twitter han decidido poner un alto a la propagación de estos videos y los han censurado en sus plataformas.